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Yerko Pérez Laissle: «Si viene un castigo, voy a tener que asumirlo»

Nos enteramos sobre el trabajo que viene haciendo Yerko Pérez, gracias a los amigos de Cannabineros quienes nos contaron que existía un piloto de motos que corría con el número 420, que estaba auspiciado por marcas del rubro y en sus redes era conocido como el piloto cannábico.Con dichos antecedentes lo ubicamos para entrevistarlo. Previamente nos juntamos en Santiago con él, y nos enteramos que se llama Yerko Pérez, que es enfermero, que estudió en Argentina y actualmente vive en Curicó, específicamente en Rauco, una zona rural la que tuvimos la suerte de conocer en el marco de la segunda fecha del campeonato nacional Enduro y donde el piloto cannábico ocupó el séptimo lugar.

¿Cómo es el día a día de un deporte como el tuyo?

La verdad es que es bastante complejo poder mantenerse en forma competitiva en el tema de las motos. Partiendo por un tema económico, que es bastante difícil. Obviando el tema económico como funciona, el tema de un piloto en el fondo es: un entrenamiento físico, alimentación y muchas horas en moto. Más que nada esto último. Y esto es lo que se hace difícil porque tener horas en moto significa mantención de la moto, bencina de la moto, lugar donde ir a andar en moto, desplazarse para poder ir a andar en moto. Entonces uno de los grandes puntos, y uniéndolo con la pregunta anterior, al vivir en Curicó para mí se me hace más fácil entrenar, y eso hace que yo pueda tener muchas más horas-moto. Eso es lo básico de un piloto: mucho entrenamiento físico, muchas horas-moto, cuidado y alimentación y garra no más. Ganas de hacer un deporte que es caro en el fondo y que termina siendo superelitista también.

¿Cómo entra el activismo que desarrollas con respecto al consumo de cannabis en tu disciplina deportiva?

Mira, lo que pasa es que yo siempre he dicho abiertamente que consumo. Para mí nunca ha sido un tema. Tampoco ando gritando a los cuatro vientos que fumen todos marihuana y que la marihuana es buena. No, al contrario, yo creo que cada persona tiene una experiencia completamente distinta con la marihuana, algunas personas les hace bien y a otras les hace mal. Muchos pilotos me han preguntado «oye y el tema de la marihuana, cómo lo podís hacer», y la respuesta ha sido que a mí me ayuda y a mí me sirve. Es una experiencia superpersonal. Entonces en el punto en donde entro en el tema del activismo, es tratar de mostrar y normalizar que una persona que consume a conciencia, que sabe lo que está consumiendo, puede claramente ser un aporte a la sociedad, ser un deportista de élite, puede ser un deportista peleando un campeonato nacional de cualquier deporte.

Tú eres enfermero. ¿Cómo convive tu mundo profesional con el consumo de cannabis?

Bueno, en mi vida laboral, todo el mundo sabe que yo consumo y que soy el piloto cannábico. Y nunca he tenido una falla y nunca me ha pasado nada, porque como te explicaba: sé cuándo consumir, sé dónde consumir, sé con quién consumir y sé dónde hacerlo. Créeme que no voy a llegar a mi trabajo fumado.

¿Consideras tu consumo como medicinal?

El consumo medicinal lo respeto mucho y creo que es una herramienta muy fuerte para los que consumimos lúdicamente, en el fondo. Pero claro, el abanico de la marihuana es muy grande. Entonces si tú me preguntai pucha, lo consumís por el deporte, yo creo que abarca todo, porque me ayuda a desestresarme; lo consumo porque me ayuda cuando tengo inflamaciones por algún golpe en la moto; lo consumo porque me ayuda a mí a concentrarme arriba de la moto. Entonces no sé, yo no me atrevería a decir que consumo por un tema medicinal. Mi consumo es completamente holístico. Piensa que con el kinesiólogo que me entrena de Kine 420 trabajamos con marihuana. Y llego a mi casa y fumo marihuana para relajarme. Fumo marihuana porque me caí en la moto, me pegué en una mano, la tengo inflamada, me duele y créeme que entre tomarme un ketoprofeno, me fumo un caño y a mí me ayuda. Entonces sí, mi consumo es superholístico; sería muy fresco de mi parte y cínico decir que yo lo hago por un fin medicinal. Más que nada el tema es que necesitamos consumir libremente. No es lo mismo si tú quieres que sea medicinal, que sea para divertirte o que sea que ahora le estaban diciendo consumo adulto. El tema es que yo quiero que nos dejen consumir libremente.

¿Has visto el mundo de la medicina, en el cual trabajas, más abierto a interiorizar el tema del consumo medicinal? ¿Ves todavía una reticencia?

Yo todavía veo una reticencia. El ámbito de la salud es supercerrado, conservador, sobre todo en la parte en que me manejo. Yo trabajo muy directamente con los médicos; yo lo veo, son muy conservadores. Todavía hay reticencia de parte de ellos. Sin ir más lejos, hace un tiempo estuve conversando con un neurocirujano y el comentario era poco menos que los que fumábamos éramos todos unos descerebrados. Y te estoy hablando de una persona que es una eminencia en la neurocirugía. Pero, por otra parte, ves a los médicos más jóvenes que están más abiertos a poder ocupar estas medicinas alternativas y que dentro de éstas entra la marihuana como un complemento. Y está claramente demostrado que ayuda mucho.

En tu labor de enfermero ¿has visto algún caso de gente que se trate, de que ocupe como un paliativo al cannabis?

Yo tuve la experiencia con mi papá que falleció de cáncer. Y ahí creo que fue cuando mi mamá entendió que la marihuana no era mala. A mi papá le tratamos mucho el tema de los dolores con aceite de cannabis. Entonces si tú me preguntai sirve para alguien, para un enfermo, un enfermo terminal o alguien que quiere paliar la quimio, cien por ciento le creo a la marihuana. Yo creo que no nos podemos sesgar más, creo que tenemos que sacarnos esa venda de los ojos de que esto es malo, y tenemos que salir y mostrar que no es malo, que ayuda a los enfermos, que ayuda a una persona a relajarse cuando llega a su casa, que ayuda a tener una buena cordialidad en familia. Creo que fumo desde los 16-17 años y en toda mi vida jamás escuché que un marihuanero llegó a su casa y golpeó a su señora y la mató y después mató a los niños, pero sí lo he escuchado del alcohol, de la cocaína.

¿Existe la posibilidad de que por hacer esta entrevista sufras una sanción deportiva?

Con la Daniela hemos conversado harto este tema: buscar las marcas y ser el piloto cannábico, siempre se supo que podía tener alguna repercusión. Algún doping, alguna cosa. Estoy corriendo un nacional, un campeonato que está federado, entonces estamos jugando a borde de línea. Pucha, si llega alguna sanción va a haber que asumirla y tomarla como lo que es. Creo que es parte de este proyecto del piloto cannábico. Creo que es parte de los riesgos que tomamos las personas que tomamos esta bandera de legalizar esto y de concientizar. Si viene un castigo, voy a tener que asumirlo. Yo creo que las marcas, los productores de las carreras se han dado cuenta de que no estamos haciendo nada malo, y que no estoy haciendo nada malo. Al contrario: imagínate, estamos hablando de Enduro en la Revista Cáñamo, estamos hablando de deporte, estamos hablando de consumo responsable. Creo que ya llegó la hora de que tenemos que regular esto. Entonces si viene un castigo, una sanción, un llamado de atención, tendré que asumirlo como una persona adulta y responsable de lo que siempre supe que podía pasar. Y seguir actuando, no queda otra. Si quiero ser esta punta de lanza, es parte del juego. Pero siendo supersincero, no debería pasar nada. Y ya no pasó, mi polera tiene hojas de marihuana, mi número es el 420, estoy auspiciado por marcas del rubro y todo el mundo sabe que fumo. Si le hubiese hecho ruido a la dirección del campeonato, ya me habrían llamado, me habrían hecho un doping, me hubieran castigado o me hubieran eliminado de la competencia.