Uso terapéutico del cannabis: Después de los golpes
A finales del 2017, la Organización Mundial de la Salud
reconoció el potencial terapéutico del cannabidiol, también conocido
como CBD, y generó un debate a nivel mundial sobre su uso medicinal. Las
propiedades analgésicas, antiinflamatorias, y el efecto paliativo en
dolores crónicos, despertaron el interés de un nicho: deportistas de
contacto. En Chile, dos artistas marciales reflexionan sobre sus
procesos de recuperación con cannabis, enfrentando así los prejuicios
sociales que promueve la desinformación del Estado.
El «lutador» invicto
Es viernes por la tarde y el sol de invierno ilumina los zigzagueantes barrios de la comuna de Peñaflor. Los destellos se asoman por la ventana del segundo piso y resplandecen las decenas de medallas que decoran las paredes de la casa de Luis Cortez (32). Son parte de los recuerdos que resguarda y que construyen la extensa carrera deportiva del luchador profesional de artes marciales mixtas y actual campeón sudamericano en la categoría peso medio mediano de la BWC. El título que defenderá en septiembre de este año en Buenos Aires y que podría proyectar su futuro.
Pero, su historia comienza muchos años antes, cuando el campeón era aprendiz. Mientras incrusta un cogollo de marihuana en uno de esos moledores de plástico, repasa aquellos pasajes de su vida que lo han llevado al peak de su carrera.
Hijo de padres exiliados políticos, nació y se crió en la década de los noventa en las poblaciones periféricas de París, en Francia. Allá, el sobresaliente desarrollo de la cultura deportiva europea lo motivó desde un principio a experimentar diferentes artes marciales tradicionales.
Así, en 1991, se inició con el karate que practicó a sus cinco años en los dojos que hubo en los suburbios de la comuna de Gagny. Luego se desafió a sí mismo con el taekwondo y más adelante con las habilidades japonesas del aikido. No obstante, finalmente encontró su verdadera pasión en el kickboxing, el deporte que mezcla las técnicas del boxeo con las patadas de otras artes como el muay thai y el karate. Por lo que para su primer combate, a los 16 años, Luis Cortez era un experimentado. A partir de entonces, perfeccionó su rendimiento a nivel competitivo en categorías juveniles, con un récord de cuatro victorias y una derrota.
-Entrené hasta los 17 años, hasta que mi papá se opuso y me retiró porque iba a pasar a un nivel con mayor impacto en la cara -, recuerda el deportista de contacto, y agrega-. No quería que terminara como el Vargas, decía.
Como en Francia aún están prohibidos los combates de artes marciales mixtas, Luis regresó a Chile en el año 2012 con el objetivo de convertirse en un competidor profesional de la disciplina conocida comúnmente por sus siglas en inglés como MMA. El deporte de contacto diseñado para tener reglas mínimas y que permite el uso de técnicas combinadas de una variedad de artes marciales, para luchar de pie con golpes y sobre el suelo con agarres. Su entrenamiento de cinco horas diarias junto a su sensei Rodrigo Vergara lo llevó a subir por etapas. Compitiendo así en categorías amateur de jiu-jitsu brasileño, luta livre, kickboxing y K-1 que impulsaron su carrera integral como luchador.
En medio de la entrevista, Luis se levanta del comedor para buscar algún cartón que sirva como boquilla. Sobre la mesa recoge la última edición del juego de Playstation de la UFC, con el ex luchador profesional Conor McGregor en la portada, que usa como base para enrolar el caño de marihuana. Hace tres años que el banco de semillas nacional CSB Seeds forma parte de sus auspiciadores, quienes lo han ayudado a generar financiamiento para diferentes momentos en su carrera; como sucedió con su viaje a Argentina. «Acá en Chile, el apoyo es muy complejo. Uno debe buscar recursos extraordinarios porque el Estado no ayuda en nada».
Desde finales del 2018, Luis Cortez es usuario medicinal de cannabis por los beneficios terapéuticos que naturalmente encontró para su salud. En redes sociales abiertamente ha recomendado el consumo de cannabidiol, también conocido como CBD, que obtiene por el respaldo de la marca de extracciones Sietediez, y que ocupa después de cada entrenamiento en la Academía J. Vergara, en la comuna de Padre Hurtado, por sus propiedades como relajante muscular y para acelerar su curación.
-Dos días de entrenamiento significan siete u ocho horas de actividad física. Entonces, para mantenerme activo durante la semana consumo CBD -,explica Cortez, desatendiendo el cigarrillo de marihuana y ejemplificando con su cuerpo-. De hecho, los artistas marciales vivimos adoloridos y luchamos casi lesionados porque empujamos nuestro cuerpo al máximo. Por lo mismo, es muy importante mi proceso de recuperación con CBD para terminar con más energía y menos contracturado después de ejercitarme.
En el año 2018, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) eliminó el cannabidiol, uno de los 115 cannabinoides que se han identificados en la planta de cáñamo, de la lista de sustancias prohibidas, permitiendo a deportistas profesionales a nivel mundial el consumo de marihuana que no presente niveles de THC. Es más, el Comité de Expertos en Farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció su potencial terapéutico y evidenció que su uso no tiene efecto significativo psicoactivo o cardiovascular. Por lo que tampoco produce ninguna consecuencia negativa por abuso.
Durante sus entrenamientos en el UFC Gym de la comuna de Independencia, el «K.sike», como es apodado en su biografía deportiva de la página Tapology, también se dedica a informar a quienes lo observan con escrúpulo al fumar a través de su vaporizador. En varias ocasiones ha mostrado su receta médica y ha aconsejado consumir CBD como una alternativa natural para aliviar el dolor y más saludable que otros opioides farmacológicos que poseen mayores efectos secundarios.
-A mí se me han cerrado puertas por culpa de mi consumo, pero supe abrir otras por mi esfuerzo. Y porque uno debe confiar y defender lo que consume.
El primer campeón internacional federado de artes marciales mixtas en Chile enciende el caño que enroló en su mundo privado y camina por su barrio hacia el paradero de los buses interurbanos para viajar a la comuna de Santiago. Su ruta demora al menos una hora por la autopista hacia el gimnasio donde trabaja como entrenador de MMA. Pero es uno de sus esfuerzos diarios para lograr sus objetivos. El más cercano será el 7 de septiembre en Buenos Aires, cuando defienda su título sudamericano contra Enzo «El Demente» Espinola.
-Mi objetivo principal es darle entender a los niños
que el deporte es una forma de escapar de la delincuencia, de la
violencia en la calle y de los problemas familiares. Porque si ahora
compito es sólo para tener más herramientas y así ser un respaldo para
mis alumnos; para que observen y se den cuenta que sí hay un camino
-reflexiona Luis antes de despedirse para regresar a su rutina
deportiva.
De la derrota al triunfo
Baja la temperatura y una corriente de aire refresca el ambiente en el cruce de la Alameda con San Martín, en la comuna de Rancagua. El reloj marca las 9:45 de la mañana y Beatriz Reyes (24), seleccionada nacional de kickboxing de la organización WKF, se equipa con su indumentaria y comienza a calentar en la primera esquina del gimnasio Brutal Striker. El emprendimiento que inauguró a principios del 2019 junto a su entrenador deportivo, Kevin Briones, para contribuir en el desarrollo de la disciplina en la región de O’Higgins y así alcanzar el profesionalismo competitivo.
Beatriz Reyes, oriunda de Rancagua y estudiante de Ingeniería en Administración de Empresas, se inició en el kickboxing en marzo del 2017. Antes de ese momento no había practicado algún deporte, pero tres meses después se enfrentaba a su primera rival que se impuso contra ella en el ring. Aún así, desde ahí su crecimiento fue exponencial. Al punto de convertirse en campeona reconocida por la Asociación Mundial de Organizaciones de Kickboxing (WAKO) y así lograr un cupo al siguiente año para el Panamericano de Kickboxing 2018 que se realizó en México, donde logró el segundo lugar en su categoría.
El pasado 15 de junio, la «Bea» obtuvo la clasificación en la comuna de San Miguel, en Santiago, para el campeonato nacional de kickboxing que se desarrollará durante octubre en la ciudad de Pucón. Es el siguiente objetivo por el cual entrena para colgar otro reconocimiento a las paredes del recinto; como aquellos trofeos y cinturones del equipo que se observan por la mampara desde la avenida principal.
Por ello, un hábito que integró a su acondicionamiento físico ha sido el consumo de cannabis. No obstante, en su adolescencia probó la marihuana con la finalidad de bajar sus niveles de ansiedad por los problemas de colon que reconoce en su organismo. De ahí que complementó su consumo con su disciplina para así aprovechar el efecto paliativo del dolor. Beatriz explica que el cannabis en su sistema produce bienestar en su estado de salud y la sensación de relajación después de cada entrenamiento. Por otro lado, también le ha hecho sentido el autoconocimiento propio del cannabis. Lo cual le ayuda a bajar sus niveles de ansiedad, visualizar sus errores dentro del combate y analizar sus movimientos dentro del cuadrilátero.
-En mi primer combate no me fue bien porque me costó encontrar la concentración en el ring porque la sensación arriba es diferente a estar acá-, narra Beatriz a pies descalzos sobre las colchonetas del gimnasio-. El público te anima, pero no escuchas nada, y al frente está otra persona que te quiere pegar. Pero la experiencia de otros combates me ha centrado como deportista.
A diferencia de otros tratamientos medicinales con uso de cannabinoides aislados, Beatriz aprovecha todas las propiedades que le entrega la planta de cannabis por la forma de consumo como cigarrillo. Ha intentado probar las extracciones de CBD, pero su alto costo y la falta de patrocinadores es un problema común en deportistas. «Nunca hay ayuda del gobierno, y uno debe buscar sus propios recursos».
En 1998, Raphael Mechoulam, profesor israelí de química médica en la Universidad Hebrea de Jerusalém, realizó la primera descripción del llamado «efecto séquito» en un trabajo de laboratorio. En el cual describió que la acción combinada de cannabinoides y otras moléculas presentes en la planta de cannabis puede suponer mayores efectos clínicos y terapéuticos que la suma de efectos individuales. No obstante, los estudios relacionados siguen siendo escasos y recién el 2019 el Instituto Nacional de Salud en Estados Unidos comenzó a analizar los mecanismos de cannabinoides menores.
-Después de entrenar llego a fumar, y a veces ocupo el vaporizador. Ambas formas me ayudan a relajar la musculatura y a recuperar mi rendimiento durante el sueño. Al otro día me levanto para entrenar el físico en el gimnasio Quinta Fit y después, en la tarde, practicar kickboxing en nuestro gimnasio.
Al terminar la entrevista comienza el sparring para continuar el acondicionamiento diario. Su próximo objetivo está a dos meses de distancia, por lo que Beatriz vuelve a su concentración. No hay descanso para alcanzar su meta: ser la mejor luchadora en su disciplina.