Pese a la prohibición estatal del cannabis en Indiana, EE.UU., hace unos meses abrió sus puertas una iglesia dedicada a rendirle tributo a sus propiedades sagradas.
El principal impulsor de la obra fue Bill Levin, un activista que se colgó de la aprobación de una nueva ley sobre religiones que no penalizaría el consumo de psicoactivos durante los servicios religiosos.
“Esto no es fumar marihuana para drogarse, es el nacimiento de una nueva religión, y yo soy un cosechador de sonrisas”, dijo Levin al inaugurar el templo.
Si bien en esa primera ceremonia no se fumó –para evitar una mala reacción por parte de las aún estupefactas autoridades–, un centenar de feligreses aprovechó la ocasión para llevar a cabo un acto de propaganda y, sobre todo, de fe, mientras otro grupo de personas los enfrentó anunciando el apocalipsis.
Vía: Canamo.net
Foto: Usatoday.com