“A un costado quienes quieran probar sativa, al otro aquellos que van por las índicas y en el medio los híbridos”, fue el mandato del equipo organizador de esta cata que se realizó el fin de semana pasado en el Barrio Bellavista. Nosotros estuvimos ahí, optamos por la fila sativa y aún no podemos olvidar la muestra 23.
Es domingo por la mañana. La música suena fuerte desde el interior de una casona ubicada en el barrio patrimonial Bellavista y nos guía hacia la Tercera Cata y Encuentro Nacional de Tiendas Cannábica. Una fiesta privada que, con sólo conocer el nombre, entusiasmaba a participantes e invitados que llegaban con cara de perdidos al punto de encuentro.
Al ingresar nos preocupamos de cerrar el portón para luego ver que las primeras señales de humo eran de los inciensos que decoraban las paredes y mesas del salón. En otros rincones de la casona se veían bandejas llenas de dulces, boquillas para equiparse, y una muestra de productos de las marcas que ayudaron a la comunidad GuíaWeed a realizar este encuentro anual de cultivadores que desde temprano comenzaron a rellenar los formularios de las muestras a catar, de acuerdo a su categoría: sativa, índica, híbrida o extracción.
Y preparamos los pulmones, de la misma manera que se prepara Tomislav Murúa, productor de esta aventura, para interrumpir la música del deejay y así dar comienzo a la degustación; a la que aún le hacían falta jueces. Así que alzamos la mano, al igual que el resto de los asistentes, y esperamos las instrucciones. “A un costado quienes quieran probar sativa, al otro aquellos que van por las índicas y en el medio los híbridos”, explica Tomislav desde el centro del escenario, rodeado de los premios y las medallas para los futuros ganadores
La dinámica es simple. Nos organizamos en grupos de seis personas, nos dirigimos a una de las habitaciones para buscar las muestras, recibimos tres cepas diferentes con sus respectivos códigos y nos acomodamos en el segundo piso para empezar el análisis en sus tres niveles: aspecto, aroma y sabor. Corren los lápices, los formularios y los moledores. Aquí somos todos como amigos.
Mientras tanto en el resto del salón continúan las conversaciones entre fabricantes de productos, representantes de las marcas y la gente de los growshops suscritos al portal GuíaWeed. De hecho, para Tomislav la idea de realizar este encuentro es generar diálogo y participación “de tú a tú” entre quienes formen parte de la cultura y la industria cannábica. Pero también es la oportunidad para seguir creciendo y aportar a la comunidad. Como lo han hecho en el último tiempo con el desarrollo de una estadística de hábitos de consumo con una muestra de más de 1100 personas.
A todo esto, la preferencia de nuestro grupo fue por las especies sativa. De ahí que en la primera ronda el azar nos colocó en la mesa las muestras 13, 23 y 26, las cuales iban pasando en manos de los jueces y así se catalogaban con notas que del 0 al 10. Si estábamos medios dudosos con alguna puntuación, se discutía con el resto o simplemente volvíamos a degustar.
Es cierto que en un momento de la velada se nos nubló la vista, sobretodo al momento de iniciar la confusa segunda ronda que debió realizarse a contrarreloj, pero después de todo hubo humo blanco y comenzó la ceremonia de clausura con los que quedamos, a quienes aún no nos pillaban volando bajo.
Sin ir más lejos, y apurando la causa por temas de horario, conocimos los ganadores en todas las categorías donde destacó Cathy Álvarez, de la tienda Volantines Verde, quien por segundo año consecutivo participa con su cosecha y triunfa como la mejor sativa – la inolvidable muestra 23-. Mientras que la categoría índica sorprendió a su ganador Danilo Jorquera, de Hierbas Buenas Growshop, quien entre risas comentó “veníamos a ganar”.
Tras la premiación, y cargada de premios, Cathy nos cuenta que el principal valor del encuentro es la participación de todos. “Esto requiere organización como también cultura cannábica. Por eso hay que generar espacios de conversación con otros sectores de la cultura y así ir mejorando las técnicas de cultivo”, concluye.
Aún se escucha la música desde el interior, pero ya no hay fuego que prenda. Tomislav, ahora mucho más calmado, agradece a cada uno de los asistentes que contribuyó en la celebración de la Tercera Cata y Encuentro Nacional de Tiendas Cannábicas, quien además destacó el alto nivel de las cosechas y extractos de los participantes en este año.
“El nivel que tenemos en Chile es muchísimo mayor al resto, podemos fácilmente competir internacionalmente”. De hecho, a lo que aspira Tomislav en el futuro es seguir aumentando el catálogo de growshops suscritos a GuíaWeed y “ojalá crear una copa entre toda la comunidad cannábica”. Nosotros ya confirmamos.
Por Paulo Matus