Steve Ignorant: «Cuando el mundo sea un lugar mejor, y todo sea maravilloso, ya no vas a necesitar a bandas como Crass»
Cuarenta años exactos después de The Feeding of the 5000 y Stations of the Crass, discos emblemas del anarcopunk, Steve Ignorant, vocalista de los influyentes Crass, sigue escupiendo música. Esta vez en formato acústico y bajo el nombre de Slice of Life, su batalla es contra el envejecimiento y la muerte.
«Que se jodan los políticos, acá hay algo que quiero decir Sobre el estado del país, la forma en que nos tratan. En el colegio te dan mierda, te tiran a una fosa Lo intentas, lo intentas y lo intentas, pero no puedes, porque te jodieron Así te convierten en fino ejemplo de cómo no hay que ser Eso es solo una muestra de todo lo que nos han hecho
¿Nos deben una vida? Por supuesto que sí, por supuesto que sí ¿Nos deben una vida? Putamente sí»
Cuarenta años después de escribir Do They Owe Us a Living?, las palabras de Steve Ignorant siguen vigentes. Hay cosas que en el mundo no cambian, por más que la tecnología avance a pasos agigantados y la ilusión de la conectividad inmediata a nivel global parezca un espejismo de unidad. Con sesenta años en el cuerpo, Steve Ignorant, la voz de los emblemas del anarcopunk británico Crass, está consciente de que sigue siendo urgente la necesidad de que nuevas generaciones sigan escupiendo verdades. «Necesitamos desesperadamente más y más gente -y ciertamente gente joven- diciendo las cosas que están mal en el mundo. Mi tiempo ya pasó, es para que las generaciones nuevas digan lo suyo ahora», dice al teléfono desde su hogar en Norfolk, al este de Inglaterra.
The
Feeding of the 5000, editado en octubre de 1978, fue revolucionario en
términos de sonido y por sus ideales anarquistas. Acusaciones de
contenido blasfemo llegaron a cortar del disco el track Asylum, el que
fue reemplazado por silencio y renombrado por la banda The Sound of Free
Speech -el sonido de la libre expresión-. La aparición de Crass en la
escena, un año después de la explosión punk, fue también un rechazo a la
moda en que se estaba convirtiendo la supuesta rebelión, pregonando no
solo el anarquismo, sino que acompañado con un fuerte activismo por el
desarme nuclear y los derechos animales. La ética del «hazlo tú mismo»
aplicada a Crass era completamente amplia, traspasando la banda y
convirtiéndose en una comunidad agrupada por ideales, llegando a sembrar
sus propios alimentos y crear sus propias vestimentas. «Cuando Crass
comenzó todos teníamos mucha rabia y estábamos tratando de expresarla.
Para mí era un grito de frustración. La letra de Do They Owe Us a
Living? la escribí de una tirada, en una tarde, era casi un grito
primal. Creo que lo que decíamos era precisamente lo que queríamos
decir, y además decíamos que si eras un punk predicando el «hazlo tú
mismo», entonces hazlo tú mismo, no te vayas a una multinacional, era
bien así también».
Las palabras que escribiste para Do They Owe Us A Living? siguen resonando 40 años después de que salió el disco, ¿qué piensas de eso?
Absolutamente, es así. Y
muchas canciones de Crass, y varias otras escritas en los setenta o en
los ochenta siguen siendo relevantes, solo tienes que cambiar el nombre
de los políticos (risas). Puedes leer a Charles Dickens, un libro como
Oliver Twist, en el que él escribe sobre los indigentes y tiene sentido
aún, habla del racismo, la explotación de niños, y eso sigue existiendo.
Y es algo triste que sea así. Es algo raro igual, es deprimente
(risas).
El punk ha muerto
En canciones como Punk Is Dead, Ignorant dejaba en claro sus críticas a la escena: «El punk está muerto. Sí, así es. Otro producto barato para la cabeza de los consumidores. Rock pegajoso en transistores plásticos, sedición para colegiales respaldada por grandes promotores. CBS promueve a The Clash, pero no es por la revolución, es por el dinero. El punk se volvió una moda tal como lo eran los hippies, y no tiene nada que ver contigo o conmigo».
Steve recuerda esa molestia: «The Clash, Joe Strummer, era un gran tipo, todos lo eran. Pero cuando fueron a Norteamérica volvieron cambiados, americanizados y comenzaron a hacer canciones como Should I Stay or Should I Go y no sabía cómo pasaron de I Fought the Law a eso. Supongo que debería gustarme, pero no lo entendía. Y los Sex Pistols se convirtieron en una basura, eso me cargó porque eran una banda potente, tenían presencia, tocaban increíble ¡daban hasta miedo! Y creo que fue una pena lo que pasó con ellos. Obviamente tengo los discos y me encantan, aún los escucho y me recuerdan a mi juventud. Les agradezco porque ellos me inspiraron a ser un punk en un comienzo, tengo que darles crédito por eso».
Las críticas de Crass apuntaban directamente a la sociedad de consumo, al control de la información por parte de los medios, a la influencia de la religión y al patriarcado -como en el disco Penis Envy-. Su música, donde el ruido era clave y el mensaje era un estallido, tuvo un fuerte impacto, que hoy en día Steve Ignorant -gracias a las redes sociales- empieza a vislumbrar.
En Coal Black Mornings, las memorias del vocalista de Suede, Brett Anderson, él habla de cómo The Feeding of the 5000 fue uno de los primeros discos que compró y la fuerte influencia que tuvo en él, viviendo en los suburbios.
Me siento sorprendido
de saber eso, y humilde también. Es raro, porque creo que hace un año o
más, en una entrevista yo estaba junto a Moby y ¡él me dijo que solía
escuchar a Crass! Ahora con las redes sociales me doy cuenta de lo
global que fue el alcance que teníamos, en todas partes estábamos, creo
que es algo sorprendente.
¿Crees que el mensaje que transmitían era algo con lo que en cualquier parte del mundo la gente podía sentirse identificada?
Por
eso, y creo que porque éramos honestos. Nos regimos por nuestros
propios principios y eso es lo que hace que la gente nos respete, y eso
me llena de orgullo. Las cosas que decíamos, nadie las decía de esa
forma. éramos muy poderosos, debe haber sido así vernos tocar, yo nunca
me vi, porque era el que lo estaba haciendo (risas).
Nos deben una vida
En el nuevo proyecto musical de Steve, Slice of Life, la estridencia de Crass se aleja y da paso a instrumentos acústicos. Se trata de una oportunidad para explorar un costado más contemplativo, con la agresión canalizada en nuevas texturas, algo de lo que el primer álbum Love and a Lamp-Post es una prueba. Junto a Carol Hodge, Pete Wilson y Lucas Martin, sus palabras cobran una intensidad distinta, ahora enfocada en nuevas luchas a nivel personal, y las mismas de siempre frente a un mundo que parece no haber cambiado mucho a pesar de todo.
«Creo
que las diferencias entre lo que hago ahora y cuando estábamos en Crass,
es que en ese entonces ninguno de nosotros éramos músicos. Estábamos
haciendo manifiestos en esos días y no creo que hayamos estado haciendo
música junto a estos manifiestos, estábamos haciendo sonido. Eran
canciones, obviamente, hay melodías, pero lo de ahora sí es música. La
gente que forma Slice of Life conmigo son músicos, y eso me da un rango
mucho mayor para trabajar y me ha ayudado a utilizar mi voz de otra
forma y a cantar de verdad. Y, porque son músicos de verdad, me ayuda a
ser más poético con mis letras. Es cierto que el mundo ha cambiado, pero
seguimos teniendo los mismos problemas, así que aunque la música y los
sonidos que haga ahora sean más melodiosos o gentiles, las palabras no
lo son».
Ahora tus canciones hablan sobre envejecer y la depresión, estás tocando otros tópicos. Antes era una reacción directa al sistema.
Creo que llega un momento en el que
te das cuenta de que has dicho todo lo que has podido acerca del
sistema y de lo malo que es, no puedo escribir otra Do They Owe Us a
Living?, por ejemplo. Ya dije esas cosas. Así que ahora estoy enfrentado
con, primero, mi sensación de mortalidad, porque quiero vivir más, y
con el proceso de envejecer. Porque ahora, si me enfermo, toma más
tiempo sanarme. Y sí, depresión siempre he tenido pero ahora estoy
hablando de eso y dándome cuenta de que mucha gente está pasando por las
cosas que yo paso. No es algo doméstico ni nada así, sino que hablo de
más cosas que me afectan personalmente y hay gente de mi edad que se
puede sentir así y me lo dicen.
Un single de adelanto para el próximo álbum de Slice of Life se titula S.A.D., ¿crees que estos sentimientos de angustia y depresión son también producto de una reacción a lo que nos rodea? Tú tienes al Brexit ahora en Reino Unido, en Norteamérica está Trump, el mundo se cae a pedazos. Pareciera algo natural sentirse así.
Te levantas en la mañana y
piensas que tienes un día hermoso, soleado y te encuentras con que
tienes el Brexit acá, lo cual es completa y totalmente una burla, es
algo que está costando muchísimo dinero. Después te pillas con que Trump
ha dicho algo estúpido otra vez, y que hubo un atentado en una mezquita
en Nueva Zelanda el otro día, que hay gente siendo apuñalada, gente en
Inglaterra muriéndose de hambre -me imagino que en tu país también- y
suma y sigue… y esas cosas te afectan. No tiene que ver con envejecer
necesariamente, pero creo que mientras más viejo eres, menos paciencia
tienes -yo tengo menos- y a veces solo quiero gritar de frustración, es
algo que te tira para abajo.
¿Crees aún que la música puede servir de algo, ayuda a lidiar con eso?
Absolutamente,
si te sientes miserable, escuchas algo y las palabras dicen lo mismo
que sientes, la canción es para ti. O puede ser música clásica, por
supuesto que ciertamente te ayuda y cuando yo voy al escenario, estar
ahí es una gran terapia porque botas toda la rabia. Para cierta gente
solamente el hecho de ir a una tocata y volverse loco por una hora es
algo que le hace bien. Creo que si estás atravesando una depresión, esa
depresión es única para ti. Por ejemplo, si ambos estuviéramos
atravesando una, podríamos conversar y yo describirte lo que me ocurre, y
tú describirme lo que te sucede, pero no podría comprender por completo
lo que te ocurre y tú tampoco podrías entenderme. Hasta los síntomas
podrían ser distintos así que, para mí, tratar de salir de una depresión
es cosa de esperar y descansar. A veces tiendo a encontrar la
distracción en el alcohol, lo cual no es la idea más fantástica, pero a
mí me funciona. Al día siguiente, no mucho (risas). Así que, en
realidad, tratar de salir y conversar con la gente, no de lo que me
pasa, sino que de cualquier cosa -podría ser sobre boxeo, un partido de
fútbol, lo que sea, simplemente algo que te distraiga- es algo que
gradualmente me hace salir de donde estoy.
¿Cómo es tu experiencia en el escenario ahora, comparándola a los tiempos de Crass?
Es
distinta, porque es más confrontacional para mí. Detrás de mí hay gente
con guitarras acústicas, es algo más lento, y a veces pienso que puede
que a la gente no le guste. Hay gente -gente de edad ya- a la que le
gustaba Crass y viene a verme. No importa qué tanto les diga que no
vengan esperando canciones de Crass, igual viene gente de diecisiete
años esperando encontrar algo así y se van decepcionados. No me molesta,
y si yo fuera un punk de diecisiete años tampoco me interesaría
escuchar a Steve Ignorant hablando de su operación de rodilla (risas)
-no es que me hayan operado ni nada-. De una forma es intimidante, pero
lo disfruto, disfruto enfrentarme a eso y lo que es agradable es el
hecho de que la gente ahora con la edad no puede estar de pie por mucho
rato, así que disfruto tocar para gente sentada en sillas y mesas ahora.
Eso es bueno de hacer música más lenta, la gente puede poner atención a
lo que dices, a tus palabras, eso me gusta.
Muleta de la sociedad
El
debate sobre la legalización del uso medicinal de la marihuana es algo
que es necesario para Steve. A pesar de que asegura nunca haber
utilizado la droga con fines creativos -incluso llegaba a sentir
paranoia- está consciente de lo ridículo del cuestionamiento, siendo que
el alcohol es perjudicial para la salud y está completamente permitido.
«Existe mucha información de que el uso médico de la marihuana es algo
bueno para la gente, es algo que puede mejorar sus vidas y alivia mucho
el dolor que sienten. Acá en Inglaterra pareciera que seguimos viviendo
en la era victoriana, a la gente se le niega aunque sea para uso
medicinal y no narcótico. Conozco gente que está obligada a tomar
medicamentos y la marihuana parece ayudarles».
¿Crees igual que la mentalidad está cambiando sobre el uso de drogas, o crees que aún es difícil llegar a ese punto en tu país?
Hay
mucha gente, incluyendo líderes políticos, que está tratando de que se
legalice la marihuana como droga recreativa, no solo por sus beneficios
médicos. Pero es algo complejo porque aún tenemos esta gente cerrada que
sigue creyendo que estamos en 1940. Hasta que esa generación
desaparezca y el asunto se vea con sensibilidad, nada va a cambiar
realmente. Es extraño, porque yo prefiero el alcohol -lo cual es
perjudicial para el cuerpo (risas)- pero una droga es legal y la otra
no, y eso es algo muy raro. La sociedad tiene que cambiar, no puede
seguir así para siempre, tiene que haber una perspectiva racional e
inteligente sobre el uso de drogas. Tiene que cambiar la visión y ser
más sensible porque hay gente que la usa a diario. Conozco a gente que
tiene ya 80 años y la usa, y están bien, no veo cuál es el problema.
Si la sociedad llega a cambiar -cosa que veo difícil- supongo que no necesitaremos más drogas.
Exactamente,
así es, absolutamente. Y lo raro es que cuando el mundo sea un lugar
mejor, y todo sea maravilloso, ya no vas a necesitar a bandas como Crass
(risas). No creo que ocurra mientras yo viva.
Creo que nunca, porque siempre hay una ambición de poder en la gente.
Absolutamente.