Restos de un alucinógeno revelan su consumo hace 400 años en una cueva
Hasta ahora no se habían hallado evidencias físicas del uso de alucinógenos en lugares con arte rupestre. Sin embargo, un equipo de investigación internacional ha descubierto restos masticados de 400 años de antigüedad de Datura wrightii, una planta con propiedades psicoactivas, introducidos en las grietas del techo de una cueva sagrada
Vía Revista Cáñamo España / Fotografías por Devlin Gandy.
Un equipo de investigadores ha publicado el estudio Proceedings of the National Academy of Sciences sobre el descubrimiento en la cueva Pinwheel de California en la que se encontraron restos masticados de la planta alucinógena datura y pinturas rupestres de la flor. Los hallazgos indican que en la cueva se consumió la planta alucinógena, y supone la primera prueba física del consumo de alucinógenos en un lugar con arte rupestre.
Los autores del estudio iniciaron la investigación sobre la cueva en 2007, y las excavaciones y la datación por carbono revelaron que la cueva había sido ocupada desde el 1530 hasta el 1890 dn.e. Los restos masticados de datura fueron encontrados en las grietas del techo de la cueva, y en el mismo techo se encontró el dibujo de una especie de molinete que los investigadores creen que podría ser una representación de la flor de la datura, que al atardecer toma esa forma de molino.
Ambos hallazgos han llevado a pensar a los investigadores que la cueva era un lugar en el que se celebraban ceremonias grupales. Según ha publicado National Geographic se tiene conocimiento de que los grupos indígenas de la región consumían un té elaborado con raíz de datura llamado toloache durante los rituales de iniciación de adolescentes. Los restos encontrados en la cueva podrían corresponder a los usados en una ceremonia grupal con motivo de una iniciación o para preparar alguna otra actividad de carácter ritual.
En la cueva hay otras manchas rojas, pero el molinete es el que más se distingue de entre todas. Está situada en una parte baja de la cueva, a un metro del suelo, en una zona que recibe un rayo de sol durante el solsticio de verano.
«Estas son las primeras evidencias del consumo de un alucinógeno en un sitio arqueológico de arte rupestre; las evidencias están literalmente en la pared», afirma Carolyn Boyd, arqueóloga de la Universidad del Estado de Texas que se especializa en arte rupestre nativa americana.
