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Relaciones sexuales y cannabis

La droga más utilizada antes de tener relaciones sexuales es el alcohol. El alcohol nos desinhibe, nos hace atrevernos a cosas que sin tomar no haríamos, pero en ocasiones puede anularnos completamente. Dependiendo de nuestro peso y tolerancia al alcohol, solo dos tragos pueden afectar a la depresión del sistema central. Sin embargo, el cannabis nunca ha sido el detonante de una violación o abuso sexual.

En muchos países, si las víctimas de abusos sexuales han consumido drogas, el supuesto consentimiento es puesto en duda. El problema con el cannabis es que al hacernos la pregunta de si esta sustancia puede anular nuestra capacidad de decidir si queremos mantener una relación sexual o no, pone en duda los efectos de la marihuana.

El cannabis nunca ha sido considerado como una droga que pueda aumentar el riesgo de un delito sexual. El alcohol, sin embargo, muchas veces ha sido considerado como detonante en delitos sexuales y otro tipo de agresiones. Como contaba Cesar Caillet para Cáñamo, “nunca he visto en los noticieros que alguien que consume marihuana mata de cinco hachazos en la cabeza a su mujer”.

 

Cannabis y sexo

En este auge impresionante de la industria del cannabis, ya hemos visto como algunos productos sexuales como los lubricantes, se han unido al boom del cannabis. Lubricantes con CBD que ayudan a tener relaciones más placenteras, o que incluso han ayudado a personas con un pasado de abusos sexuales a volver a tener relaciones, son algunos de los ejemplos.

Deb Singh es un activista y defensor de los derechos humanos que ha trabajado harto con víctimas de abusos en el Centro de Violación y Crisis de Toronto, habla del alcohol y la marihuana: “tomar te bloquea. La marihuana, aunque no soy ningún experto, difiere en la manera en la que te puede afectar. Para algunas personas es un relajante, para otras es un disociativo. Pienso que una persona puede dar su consentimiento si ha fumado, eso no te impide saber cuándo algo está bien o está mal”.

Para Deb, que es una superviviente de delitos sexuales, “necesitamos creer en las personas agredidas, incluso si estaban voladas cuando el delito tuvo lugar”. Ella misma consume marihuana como parte del proceso de recuperación de lo que tuvo que vivir: “el trauma es intenso”.

La creadora de CannaSexual, Ashley Manta, cuenta que el consentimiento tiene que venir en primera mano de la comunicación y partir de la base de que nadie está tratando de forzarte u obligarte a hacer algo que no quieres. “Antes de fumar debes pensar lo que quieres hacer. Si solo estás empezando a pensar en dar tu consentimiento justo cuando te has volado, has perdido una oportunidad de ser consciente plenamente de la conexión que realmente quieres tener”.

Llegados a este punto, también es muy importante conocerse en cuanto al consumo de drogas. Todos tenemos amigos que pierden el control totalmente cuando toman, y en esas ocasiones muchas veces hay algún tipo de acoso sexual en la escena.  Como adultos debemos saber si al tomar cambia nuestra personalidad, si al fumar cannabis nos entra sueño y relajo, o nos entran más ganas de seguir conversando y si las drogas nos cambian a la hora de tomar decisiones.

Desde CannaSexual Ashley habla de la necesidad de establecer un equilibrio: “si una de las personas quiere tomar concentrados, mientras que la otra solo con una calada a un caño ya está más que volada, tienen que encontrar un balance”. Hay que hacerse preguntas como si la hierba me hace quedarme callado, si me gusta la sensación de estar volado y sobre todo tener claro que hablar del tema antes de hacer cosas bajo esta sustancia es una de los aspectos más importantes.

Ashley por ejemplo dejó de beber completamente por que para ella esta sustancia le dejaba totalmente sin capacidad de tomar decisiones, pero con el cannabis siempre se ha sentido mucho más conectada y alerta a cerca de sus necesidades y límites.

Gracias a la legalización del cannabis en algunos países, muchos más estudios sobre cómo afecta esta sustancia y las aplicaciones médicas que puede tener están desarrollándose alrededor del mundo. Sin embargo, a la hora de hablar sobre si el cannabis afecta a nuestra capacidad de decidir si queremos mantener relaciones sexuales o no, la pregunta no está muy bien formulada. El problema principal es el abuso o violación en sí, las agresiones que han sufrido las víctimas. Hablar sobre si estaban voladas o no, es un asunto que poco importa una vez el delito ha sido cometido.