Archivos Cáñamo. Fecha original de publicación febrero de 2016.
Por Sr. Bigotes.
La mayoría de los cultivetas han escuchado el nombre de fibra de coco. Esta fibra natural es extraída de la cáscara que recubre el fruto del coco y ha sido ocupada para diversos fines durante mucho tiempo, como para la confección de pinceles, relleno de colchones, cuerdas y muchos productos más. Durante este proceso se descartaban las fibras más pequeñas, aquellas que no superaban los 2 mm. de largo, ya que no tenían ninguna utilidad aparente.
Pero en Holanda, a principios de la década de los noventa, la fibra de coco apareció con fuerza como un medio de cultivo viable, ya que llegó a reemplazar a los sustratos utilizados en maceteros y como una alternativa para los usuarios de lana de roca. Otra característica que lo hacía un medio de cultivo atractivo es que se trataba de un material amigable con el medioambiente. Desde ahí la fibra de coco despegó y se volvió un material muy apetecido por los horticultores del mundo.
Partamos por lo básico, ¿qué es la fibra de coco?
Al comienzo del artículo mencionábamos que se trata de la fibra que tiene la cáscara del fruto del cocos nucifera o cocotero. En detalle, podemos decir que es un derivado del procesamiento del material fibroso que se encuentra en la capa intermedia del fruto y, aunque a primera vista parezca tierra, de él se pueden obtener tres productos: el chip, la fibra de coco y el polvo de coco. Los productos de coco más finos son excelentes reteniendo agua y humedad, en cambio, los productos más regulares y gruesos ayudan a proporcionar una mejor oxigenación del sustrato y buen drenaje del agua.
Generalmente estos productos están formados por fragmentos que van desde los 0,2 mm. hasta los 2 mm., en una proporción de hasta un 90% del total de material y, a gran diferencia de otros medios como la turba, no posee otros tipos de material orgánico como restos de hojas o tallos de plantas y árboles.
La fibra de coco estándar que se fabrica, está formada principalmente por polvo de coco (el material más fino). Estos productos cuentan con millones de ‘pelitos’ que hacen de microesponjas y que pueden absorber y retener hasta casi nueve veces su peso en agua. En seco su compactación es mínima, lo que favorece la aireación de las raíces. También posee un PH que de forma natural ronda entre los 5,7 y 6,5, transformándolo en un medio de cultivo con condiciones ideales para plantar cannabis si pensamos en fertilizar con agentes externos nuestro cultivo, ya que la fibra de coco posee una alta capacidad de intercambio catiónico o CIC, que se refiere a la capacidad que tiene el sustrato para liberar nutrientes y que estos sean absorbidos por el sistema radicular de la planta.
El sustrato es como una bodega de nutrientes, de donde la planta tomará lo que necesite para sus funciones vitales. Si bien hay nutrientes como el magnesio y calcio que en otros tipos de sustratos ya tienen una reserva para que la planta pueda absorberlos, también hay otros que deben ser añadidos al medio de cultivo, como el potasio. En fertilizantes que se le aplican a las plantas, es esta capacidad de guardar algunos nutrientes, nombrados cationes, lo que se conoce como CIC.
Uno de los contras que puede tener la fibra de coco sin procesar es la tendencia que tiene a contener altos niveles de sodio y potasio, sobre todo si la comparamos con otros sustratos como la turba. El sodio, de igual manera que el potasio, puede ser fácilmente arrastrado del material con los riegos, dejándolo disponible para el uso de nuestras plantas, pero los iones bivalentes, como lo son el magnesio y el calcio, quedarán fijados al sustrato, produciendo niveles demasiado altos de potasio o carencias de magnesio y calcio. Para evitarlo podemos ir lavando sustrato de coco frecuentemente, así lixiviamos los excesos de cloruro o sodio que se puedan presentar. Después de hacer ese lavado, debemos aplicar en el sustrato un fertilizante que sea rico en calcio, por ejemplo el nitrato de calcio (aunque en Chile el agua potable ya cuenta con este oligoelemento), y así mejorar el intercambio potasio- calcio. Este proceso es conocido como amortiguación y se utiliza para producir un sustrato de fibra de coco que no libere potasio en grandes cantidades, ni retenga el magnesio y calcio que son necesarios para el crecimiento de nuestras plantas de cannabis.
Al comienzo del artículo hablábamos de chips, fibra y polvo de coco, y el sustrato de coco puede estar formado por estos tres elementos.
Los chips de coco son las partículas de mayor tamaño y se les conoce como coco grueso. Caso contrario, el polvo de coco es el material con partículas más pequeñas. Podemos considerar el sustrato de coco como un mix de partículas microscópicas que poseen una carga negativa, estas partículas atraen iones de carga positiva, esto explica por qué las partículas de coco sin tratar contienen grandes cantidades de Na+ (Iones de Sodio ) y K+ (Potasio). Estos iones son liberados durante el periodo de cultivo, así estarán disponibles para las plantas, pero los iones bivalentes como el Ca2+ (calcio) y el Mg2+ (magnesio) se encontrarán añadidos al sustrato de coco, lo que se traduce en que no quedarán disponibles para nuestro cultivo de la misma forma que el sodio y el potasio, pudiendo dar lugar a una deficiencia de magnesio o calcio (o ambas).
Un sustrato de fibra coco ‘amortiguado’ habrá recibido un tratamiento que mejorará el intercambio de calcio-potasio (aplicación de un fertilizante rico en calcio) Cuando tratamos nuestro sustrato de coco con este método, no liberará potasio en exceso y tampoco retendrá el magnesio y calcio que necesitan nuestras plantas sin presentar síntomas de carencia de estos nutrientes.
El cultivo en este tipo de sustrato favorecerá el correcto desarrollo del sistema radicular, los tallos y cogollos de nuestras plantas.
También, al no sufrir una gran compactación producto de los riegos, nos entrega una clara ventaja versus los sustratos de turba y humus o de tierra, que sí se aprietan fácilmente, impidiendo el normal crecimiento de las raíces. Estos bancos de aire que se producen en los cultivos con coco ayudarán a la creación de una rizosfera aeróbica muy saludable, lo que es de vital importancia para la absorción de los nutrientes y agua que sean introducidos en los riegos.
Otra ventaja que tiene utilizar este tipo de sustrato en nuestros cultivos es que posee un alto contenido de lignina, que es esencial para promover la presencia de microorganismos beneficiosos para el sistema radicular, ya que evita la descomposición de éste. También algunos experimentos señalan que la fibra de coco no permite el desarrollo de agentes patógenos del suelo para la planta.
Otra ventaja es que no solo podemos usar la fibra de coco como un medio de cultivo único; también podemos usarla como un reemplazo de la turba en aquellos sustratos que están basados en una alta proporción de esta, y como una alternativa a los medios de germinación como la lana de roca. La turba es muy utilizada por los cultivadores cannábicos y la fibra de coco también es una opción considerable si queremos pensar en hacer cada vez nuestros cultivos más sustentables, ya que la producción de la turba no es un proceso que sea muy amigable con el medioambiente.
Aunque el uso de la fibra de coco como sustrato o medio de cultivo tiene sus pros y contras, es un producto muy sustentable, ya que podemos utilizarlo varias veces si es que así lo deseamos y existen investigaciones que corroboran su capacidad de evitar enfermedades en nuestras plantas. Pero también tenemos que tener en cuenta que sí o sí necesitaremos realizar algunos ajustes en su dieta de nutrientes para equilibrar su tendencia natural a fijar el magnesio y el calcio, como también la fácil liberación de potasio que permite.
En el mercado nacional ya podemos encontrar versiones comerciales de este sustrato, así como algunas preparaciones más idóneas para el cultivo específico de cannabis sativa, como el cocogro, algunas versiones nacionales de este producto o el sustrato de coco de la marca Canna. También podemos encontrar una amplia gama de fertilizantes especialmente diseñados para los cultivos en esta fibra.
A pesar de todo, el potencial de este medio de cultivo crece día a día y las investigaciones que lo corroboran están avanzando. Mientras tanto podemos aventurarnos e ir probando sus beneficios en algunas plantas de nuestro cultivo. Ya sabes, cuando la vida te da coco, hazlo sustrato.