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Portugal aprueba la despenalización del consumo de drogas sintéticas para priorizar la salud pública

El Parlamento portugués dio un paso significativo en el abordaje de las políticas de drogas al aprobar una ley que despenaliza el consumo de drogas sintéticas, equiparándolas al régimen de las sustancias clásicas. La medida, que fue aprobada por los diputados con mayoría absoluta de los socialistas y del líder de la oposición, el PSD (centroderecha), busca diferenciar claramente entre consumidores y traficantes, permitiendo un enfoque centrado en la salud pública.

La nueva ley eliminó el criterio de la cantidad de dosis como factor determinante para distinguir entre un consumidor y un traficante. Desde el año 2000, Portugal ha aplicado este enfoque a las drogas clásicas, priorizando la salud pública sobre la penalización de los consumidores. Ahora, esta política se extiende también a las drogas sintéticas con el objetivo de ofrecer tratamiento a los consumidores y reducir el impacto de las hospitalizaciones psiquiátricas relacionadas con el consumo de estupefacientes sintéticos, especialmente en las regiones de Madeira y Azores.

Hasta ahora, la posesión de hasta 10 dosis no era considerada tráfico y no se castigaba penalmente. Con la nueva ley, la cantidad de droga será solo un «indicio» para que los jueces tengan mayor libertad a la hora de evaluar la situación y determinar si una persona es un traficante o simplemente un consumidor. Los socialistas argumentan que esto evitará situaciones en las que una persona pueda ser tratada como un criminal y condenada a una pena injusta.

Sin embargo, la propuesta no estuvo exenta de polémica y recelo por parte de especialistas y miembros del Gobierno. Algunos temen que los traficantes puedan aprovechar la eliminación del criterio de cantidad para justificar la posesión de drogas. Por ello, se instó a los legisladores a ser prudentes y garantizar que la ley permita una distinción clara entre consumidores y traficantes, sin poner en riesgo el trabajo de las fuerzas de seguridad y judiciales.

La ley fue aprobada durante una intensa sesión de votaciones en el Parlamento portugués antes del receso estival, marcando un hito en la forma en que Portugal aborda el tema de las drogas y prioriza la salud pública como eje central de su política de drogas.