Plantas carnívoras de Chile en peligro de extinción
En el país más largo del mundo también nacen de forma natural las plantas carnívoras o insectívoras, específicamente en el sur de Chile, pero según informan vendedores de plantas importadas desde Europa, «las carnívoras originarias en Chile están en peligro de extinción y es muy difícil encontrarlas».
Hace un par de años se desconocía por completo el origen, usos y cultivo de las «plantas carnívoras» en Chile, sobre todo para la legalización en la importación y su posterior venta en el país, hubo estudios y análisis, los que fueron favorables al momento de certificar y validar la venta y cultivo de tres especies en Chile: Venus atrapamoscas, Drosera capensis y la Sarracenia.
Sin embargo, hay plantas que son originarias de este país, según nos corrobora Rodrigo Fabián Chaura Núñez, Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.
«Son cuatro las especies que tenemos en Chile, bajo el nombre de carnívoras, pero no son carnívoras, son insectívoras; Drosera uniflora, Pinguicula antarctica, Pinguicula chilensis y la Utricularia gibba. Estas plantas son adaptaciones o evoluciones de plantas por el tipo de ambiente que se desarrollan, por las bajas temperaturas y el pH ácido del agua donde viven, las obliga a sacar los minerales de los insectos que los rodean y por este motivo han ido evolucionando como estrategia para poder alimentarse».
Según nos comenta Chaura, «En Chile hay, según el último catálogo de plantas vasculares, 5.471 especies, 1.121 géneros y 186 familias. De las cuales el 14,9% corresponde a especies exóticas o introducidas».
«En la actualidad, al igual que muchos países sudamericanos, el conocimiento de nuestro patrimonio natural sigue siendo en muchos grupos vegetales (y de animales, hongos entre otros) escaso. Muchos han sido los esfuerzos por disminuir esta brecha, destacando entre ellos el proyecto Flora de Chile, liderado por académicos del departamento de Botánica de la Universidad de Concepción en cooperación con otras instituciones», destaca Chaura.
Conversamos con Francisco Cavieres Silva, distribuidor de la tienda FlorArt en Valdivia, para saber más sobre la preservación de estas carnívoras: «Hay tres especies reconocidas y legalizadas por el SAG, que autorizó la importación de estas plantas. Pero existen más de 20 especies y hay una infinidad de subespecies».
«Cuando quise formalizar mi negocio, tuve que pasar por tres entidades, SAG, Aduana y Medio Ambiente. Al principio no fue fácil porque se desconocía el tema, pero siempre hubo buena disposición. Ya llevo 5 años en este rubro, incluso quiero empezar a probar con el cultivo in vitro».
El cultivo in vitro de plantas se realiza en un ambiente libre de bacterias y hongos, se trata de la germinación de semillas, el crecimiento de la planta, su multiplicación, la obtención de plantas transgénicas y semillas mejoradas.
Juan Pablo Méndez, distribuidor de Plantas Carnívoras Santiago, quien está en el rubro desde el 2013, nos comentó sobre sus inicios: «Nosotros ofrecemos las tres especies que están legalizadas en el país, no fue difícil el trámite, pero sí resultó complicado adquirirlas, porque habían pocos vendedores en esa época».
Chaura, por su parte, explicó que «En Chile hay especies que corresponden a los géneros Pinguicula y Drosera, que responden a la forma de alimentación a través de capturar insectos. Hay otra especie nativa, la Utricularia gibba, o conocida como bolsita de agua, que es una planta acuática que tiene una adaptación para que los insectos entren y no puedan salir y les aplica enzimas digestivas para absorber o degradar».
La Drosera uniflora, cuyo nombre científico es Drosera uniflora willd, que también se le llama Rocío de Sol, es nativa de Chile, Argentina y las Islas Malvinas, puede alcanzar hasta los 3 cm de altura, crece en lugares lluviosos, a diferencia de las otras especies. Las glándulas ubicadas en sus hojas se abren y se cierran, genera líquido pegajoso con el que capturan insectos.
Pinguicula antarctica se llama también Violetilla de los Pantanos, Violeta Cimarrona y Gradilla. Es de color verde y tiene filamentos con enzimas con las que atrae el alimento. También es conocida con el nombre de Flor Solitaria, por su forma física y sus cinco pétalos que se abren solo en verano. Además de encontrarla en Chile, también se puede encontrar en Argentina.
Las plantas carnívoras tienen diferentes mecanismos con el que capturan su alimento y nutrientes, pinzas, trampas caídas, trampas langosta-olla o combinación de trampas y se alimentan de insectos, algunas hasta de mariposas, abejas, hormigas, moscas, etcétera.
Se caracterizan por sus atractivos colores, diseños llamativos que sobresalen de otras plantas, y además se mueven. Un dato: es normal que a una planta carnívora se le sequen las hojas, por eso hay que sacarlas para reducir los riesgos de que se infecten con hongos.
Méndez nos comenta que «estas especies están en el sur, y entiendo que están protegidas por el SAG, porque están en peligro de extinción».
Por su parte, Cavieres dice que «Las plantas son de zonas de pantanos, lugares donde la tierra no tiene nutrientes. En Chile se dan en las turberas, zonas de musgos. Es difícil encontrarlas y siento que no hay un plan de preservación de la planta de ahí que estén en peligro de extinción».
Desde el Servicio Agrícola Ganadero de Los Ríos nos explican el proceso que se debe realizar para la importación de productos agrícolas, indicando que debe cumplir una serie de requerimientos, los cuales dependerán de la especie y el país de origen.
«Actualmente, existen una serie de productos y especies autorizadas, con los requisitos de importación establecidos por cada país. Sin embargo, si dichos requisitos no estuvieran determinados, se debe hacer una consulta al SAG, a través una Solicitud de Autorización de Importación de Artículos Reglamentados, donde se realizará un análisis de riesgo de plaga».
Cabe destacar que las tres especies que actualmente se venden legalmente en Chile son importadas desde Europa y se diferencian en la forma de capturar los insectos. Estas especies pueden llegar a medir 20 cm de altura. La época en que entran en proceso de floración es el verano, a diferencia de la mayoría de las plantas, que florecen en primavera.
Las carnívoras sobreviven gracias a la captura de insectos. Su forma de alimentarse consiste en que sus hojas están recubiertas de una especie de néctar que atrae a sus presas. Cuando la presa se posa sobre sus hojas queriendo obtener alimento de ese néctar, queda pegada y muere cruelmente. Desesperado el insecto por escapar de la trampa, fallece extenuado por el sobresfuerzo. Por su parte, en las plantas venus la hoja se cierra, atrapando al insecto.
El proceso para mantenerlas sanas y vitales es muy similar: «Los cuidados de las tres especies es casi igual, hay otras especies que requieren más humedad, temperatura o necesidades lumínicas», comenta Méndez.
Por su parte, Cavieres enfatiza en la importancia del riego: «La planta se adapta bien a los diversos climas que tenemos en Chile, pero siempre hay que cuidarla de los extremos. Soporta los 0 grados, pero hay que evitar exponerla a grados extremos. El tipo de agua debe ser desmineralizada, la raíz es sensible a los químicos, cloro y minerales. En el sur se puede regar con agua potable. Nosotros medimos los sólidos y solubles en el agua, en Valdivia está perfecta, no necesita regarse con agua desmineralizada».
La especie más reconocida y solicitada entre los coleccionistas o compradores es la Venus atrapamoscas, y según nos comenta Cavieres, en su tienda producen en el año alrededor de 10 mil semillas.
«Cinco mil las usamos para la siembra y las otras cinco mil para la venta, ya que tenemos dos opciones de venta para el cliente, un kit de semillas con todos los elementos y la otra opción es llevarse la planta, pero esto depende mucho de la paciencia que tenga el cultivador».
Sobre las propiedades medicinales de la planta, Méndez nos confirmó que «algunas especies son utilizadas para el asma y otro tipo de enfermedades. He leído que se trata de las plantas droseras, pero personalmente no he probado hacer infusiones con la planta. Las trampas van cumpliendo un ciclo y la planta las desecha, yo en lo personal junto una cantidad de ellas y las corto para usarlas de abono a otras plantas».
Cavieres además hace artesanía con las trampas que desecha la planta. «Mi esposa, Pamela Nuñez, fabrica llaveros de resina con las trampas de Drosera o con una Venus, también adquirimos productos de artesanos que tengan relación con la planta»
Méndez destaca que tener este tipo de plantas en los hogares es beneficioso ya que son buenas controladoras de plagas. Además «tienen bonitos colores y formas».
Chaura destaca que «la principal diferencia entre las plantas es el tipo de reproducción que tienen, las cuales representan distinto grado evolutivo. La botánica, rama de la biología que se encarga del estudio y clasificación de los vegetales, considera actualmente cinco clases dentro de este grupo. Las que se reproducen por esporas como los helechos (Lycopsida, Polypodiopsida y Gnetopsida) y las que se reproducen por semilla (Pinopsida tiene conos como órganos reproductores; Liliopsida pastos, bulbosas y palmeras; Magnoliopsida hierbas, lianas, parásitas, arbustos y árboles con flores típicas, con cuatro o cinco pétalos)».
Además destaca que «hoy en día se consideran 71 especies en peligro crítico, 195 en peligro, 1 especie extinta en estado silvestre, 15 especies extintas y muchas otras en alguna categoría de menor consideración».
Para finalizar, Chaura hizo un llamado a conservar nuestra flora y adquirir mayor conocimiento sobre esta.
«La gran misión para conservar nuestra flora es conocerla, para entender el gran tesoro que tenemos y promover su cuidado. El futuro de la humanidad está en nuestras manos, la medicina y los alimentos que aún no se han descubierto pueden ser la alternativa a un mundo cambiante».
En Valdivia se pueden encontrar estas plantas legalizadas en el Growshop Ecoseed, ubicado en el centro de la ciudad. También en el fanpage de FlorArt; y en Santiago en el fanpage de @canilascondes.