Cuando pensamos en entrevistar a Patricia Maldonado, de inmediato se nos vino a la mente: pelo colorinche, farándula, opinología y Pinochet. A todo ello, le sumamos su rechazo ante la reciente formalización por microtráfico de los actores criollos, Ariel Mateluna y Matías Vega. Intensa mezcla, que nos hizo pensar que algo más tendría que decirnos sobre drogas y psicodelia. ¿La verdad? No nos equivocamos. En las siguientes líneas, «La Maldo» desclasificó por qué la coca se presentó en su vida cuando tenía quince años, y cuántas veces ha tenido que pararle los carros a algunos famosillos cuando se les pasa la mano con el mote.
Por Niski Quezada / Fotos: Ricardo Prieto (Edición 73, mayo 2013)
«Jamás he consumido ningún tipo de droga, y no tengo ningún empacho en decirlo, porque me importa una raja». No hay duda, estamos con Patricia Maldonado. La misma que todos los días vemos en pantalla, opinando de los más sabrosos cahuines que abundan en ese universo paralelo que todos repudian y que, paradójicamente, igual consumen: la farándula. Eso sí, con Paty estamos muy lejos de un set de televisión, sentadas en el Tavelli de Manuel Montt, donde todos la saludan y reconocen. Cómo no, su presencia es evidente: su pelo está teñido morado y sus ojos y uñas están pintados del mismo color. Es en medio de esa escena cuando empezamos nuestra conversación.
Paty, la actual política de drogas es liderada por Ley 20 mil, que es algo así como un cheque en blanco para las autoridades, puesto que no diferencia el microtráfico del consumo personal, ¿qué te parece que la sociedad viva bajo esas condiciones?
Primero que todo, déjame decirte que nunca he consumido ni un tipo de droga, a excepción del Dieltilpropión, que es un una droga para bajar de peso y que tomé durante treinta años de mi vida. Se pueden tomar 25 miligramos, y yo llegué a ingerir 90 ml. Hoy esa droga está prohibida en el mundo, porque con los años se descubrió que es nefasta para el cuerpo.
¿A ti te producía efectos nocivos?
Solo me inhibía el apetito. Jamás sentí efectos colaterales, nunca me dio taquicardia. A otras personas les hizo muy mal, era nefasta. Así que dejé de consumirla el año 2002, cuando cumplí cincuenta años. Ahí dije «Nunca más. A partir de hoy voy a gozar la vida, voy a comer lo que me pongan por delante». Y subí 30 kilos.
De la farándula a la política
La conversación ha tomado vuelo y Patricia Maldonado, fiel a su estilo, no da espacio para un break. Ella maneja la situación, tal como lo ha hecho durante toda su carrera en la senda de la tevé, donde es experta en dejar calladas a las nuevas e inexpertas personalidades que cometen un grave error: desafiarla.
Paty, ¿cómo describirías que se da el consumo en la farándula?
No he visto que alguien consuma delante de mí, sé que hay gente que consume, porque lo ha contado sin problemas.
¿Te ha tocado ser consejera?
Me ha tocado, porque fíjate que yo tengo un ojo maravilloso. Sé quién consume cocaína. Puedo entrar a una fiesta con dos mil personas, y te puedo indicar con el dedo y no me voy a equivocar. A ciertos amigos, he considerado que tengo el deber de decirles “compadre, se te nota mucho, ándate pa’ tu casa, estay haciendo el loco”, porque tienen un aspecto extraño, que se cacha. Entonces, te vuelvo a repetir, yo tengo pocos amigos. De hecho, a uno le dije en una oportunidad “compadre, si tu te quieres fumar un pito, no hay problema, pero salga de la parcela”. Como yo no lo hago, y mi marido y mis hijos tampoco, no es una cuestión cercana. Si a ti te gusta comerte los piojos, cómetelos, pero no me metai a mi en esa onda
¿Hay excesos?
Creo que hay excesos en todas partes, lo que pasa es que la farándula está en la vitrina. Yo he conocido médicos que consumen marihuana, así como también que consumen cocaína. La diferencia está en que no son conocidos.
Pero es más fácil caer en el consumo en un ambiente donde la plata y el carrete está ahí.
Yo pertenezco a un ambiente artístico desde muy joven, y la cocaína se presentó en mi vida cuando yo tenía quince años. Es un ambiente en que todo es muy fácil, está todo a la mano. Yo trabajaba con mi padre, él tenía una orquesta y él me dijo una vez: «Esto que ves encima se llama cocaína. Hace un efecto contra el sueño y para seguir trabajando, y si tú lo consumes estás perdida. Así que si quieres terminar con tu vida, está en tus manos. Yo le pregunté: ¿tú has consumido papá? «No», me dijo. Me dio mucho susto, así que conozco todo esto desde muy niña. Estudié teatro, la marihuana se da mucho en los actores. Pero, ¿sabes? yo separo la marihuana, porque para mí no es una droga ni entra en esa categoría.
¿Y cómo la definirías?
Yo tengo amigos que fuman orégano y no tengo idea qué efectos produce, porque yo lo uso para aliñar la carne, pero dicen que su efecto es muy bueno, tal como en otras culturas donde tú fumas otras yerbas. No he conocido casos de gente que mate o qué se yo por marihuana, y eso que conozco harta gente que fuma.
¿Entonces descartas la idea de que se la puerta de entrada a las drogas duras?
Fíjate que sí. Creo la marihuana es una yerba más noble, no tendría por qué hacer daño. A diferencia de la cocaína, por ejemplo, que es una cosa absolutamente elaborada y química. Yo consumía hoja de coca cuando me indisponía, porque me dolían mucho los ovarios, entonces mi mamá se conseguía con unas amigas matitas de coca, que después ponía a hervir y me la tomaba. Santo remedio, y no por eso soy coquera.
Paty, pero tú eres de derecha, un sector muy conservador.
Es que yo soy lo más anti conservadora que hay, ¡fíjate en el pelo! Jaja.
Entonces, ¿qué te parece que el Gobierno de Piñera y la Concertación etiqueten a los consumidores, cualquiera sea el tipo, como delincuentes?
Yo creo que la gente que consume marihuana no es delincuente, no como pasa con las drogas duras.
Bueno, la concertación pasó la marihuana a la Lista 1 de drogas y la catalogó como droga dura, es decir, según ello, la marihuana produciría graves efectos para la salud. ¿Por qué crees que eso ocurrió?
No tengo mayores antecedentes, pero acá ha habido una verdadera persecución a la marihuana. Una planta no me puede provocar lo mismo que otras drogas que están elaboradas como la cocaína, que si la consumo mis neuronas se van a la conshesumadre. Acá nadie ha perseguido a las botillerías y el alcohol, que generan pérdidas que son irrecuperables. El alto alcoholismo que hay en Chile es impresionante, y eso genera un tremendo negocio. Ahora, todos sabemos que el cigarrillo es una atentado, pero se sigue vendiendo. Entonces me pregunto, ¿por qué no hay persecución de algo que se sabe que está totalmente comprobado, por qué no se les pasa multa cuando están con botellas y cigarros?
Yo tengo un amigo que murió el año pasado, y que consumía marihuana. Todos andábamos pendientes, y yo decía “con quién me consigo, si yo no tengo contactos con esto. Porque él necesitaba marihuana para enfrentar su enfermedad. ¿Se lo iban a llevar preso? Yo no apoyo a los delincuentes, pero sí creo que la gente que consume es dueña de hacer lo que quiera. Si tu quieres consumir marihuana, es tu problema; si tú quieres consumir cocaína –que lo siento por ti, porque es nefasta, porque sí creo que es una droga dura y sí creo que tú matas por la coca, y por la pasta base- lo lamento.
¿Por qué crees que los gobiernos no han querido despenalizar, incluso para fines medicinales?
Yo creo todo esto es atacar un sistema para tapar otros. Yo habría atacado la cocaína definitivamente, pues es ahí donde hay que poner los ojos. Yo no digo que tengamos que consumir marihuana, pero insisto en que no tengo antecedentes de que se cometan asesinatos por su consumo, a diferencia de la pasta base, la cocaína y el alcohol. Encuentro una weá que esté penalizado su uso medicinal. Yo prefiero que una persona plante en su casa una o dos matas de marihuanas, a que salga a comprar a delincuentes. Eso para mí es mucho más legal, porque el delincuente va a ganar y le puede echar caca si quiere, y esa no es la lógica. Yo prefiero que la persona que consume pueda tener su propia cosecha en su casa. Ahora, si plantai una parcela y le poní diez hectáreas eso es un negocio. A mi me da vergüenza cuando veo a la PDI sacando a un cabro por tres matas.
Justamente, te escuchamos en varias oportunidades defender a Matías Vega y Ariel Mateluna producto de sus recientes formalizaciones por presunto microtráfico. ¿Qué te parece que todos sus esfuerzos estén orientados a ello y que además gasten millones en ese tipo de operaciones?
Vergonzoso. Cómo no les va a caer la teja de que acá sabemos que hay tráfico enorme de cocaína. Y no me cabe duda de que la PDI y Carabineros saben dónde están los cabecillas. Evidentemente, “los” Matías Vega son más impactante que los Juanes Pérez. Yo tengo antecedentes de que a los PDI que salen en la tele, se les cambia la chaqueta por una nueva para aparecer bien. A ese nivel llega. Tú ves cuando pillan a un “traficante” y dicen “lo pillamos con 25 papelillos”. ¿Y qué pasó con el weón que tiene los kilos? ¿Dónde está guardado?
Ahora, cuando criticaron a Fulvio Rossi, me pareció que fueron care raja, porque lo que él haga en su vida privada no tienen nada que ver con lo que haga en el Congreso. Si el weón hace buenos proyectos y es inteligente para la política, la raja. El problema es que sea imbécil y esté en la política. A los imbéciles si que no los acepto en la política, y de ellos hay muchos, y que no fuman marihuana y sí son weones. Entonces, ese doble estándar es el que no soporto, y no sólo en la gente de derecha, sino con todos. Lo que tú hagas adentro de tu casa es tu problema, mientras no molestes al del lado. Me parece una imbecilidad lo que hicieron con él.
¿Crees que estamos preparados como sociedad para la despenalización?
Creo que los gobiernos piensan que si despenalizamos se va a volver una cosa caótica. Yo pienso al revés: todos estos pescados chicos se terminarían. Ahora, si te pillamos diez o doce o quince matas claro que vay a tener problemas. Pero si yo fuera consumidora me gustaría tener matitas en mi casa ¿Por qué no? Para mí, para mi amigo cuando llega, como se hace en Canadá, que es un país desarrollado y sin altos índices de delincuencia.
Televisión
Paty, tú tienes años de carrete en los medios, ¿qué te parece la evolución del tratamiento de sustancias en ellos, especialmente, en la televisión?
Mira, yo me acuerdo de los últimos escándalos respecto al consumo. A mi juicio han sido tremendos, también porque la televisión hoy está en el plano del morbo. Mira, si la gente también ha cambiado. Cuando dice “ay, cómo muestran eso”, les digo “pero si usted consume eso, señora, usted le da rating”. Entonces, cuando sacan a estos cabros esposados y como delincuentes, a la gente le gusta y la televisión “faranduliza” estos temas, cuando en realidad debieran ser tratados con bastante delicadeza y seriedad.
¿Y cómo era esto en los años ochenta?
No se hablaba nada…Yo conozco mucha gente que consume de todo.
¿Te ha tocado mucho ver eso?
No, porque me provoca una sensación muy extraña y yo soy muy respetuosa. Me da susto. Mi papá, para meternos miedo, nos decía que las drogas venían junto al sexo, es decir, el que consumía drogas se soltaba. Entonces, era la forma que tenía para meternos miedo. Yo le encuentro razón, fue su forma y estilo.
¿Un estilo único para esa época?
Noo, fue general. Cuando se hablaba del tema, se hablaba de algo tremendo y terrorífico. Yo me acuerdo que en los años sesenta, cuando yo tenía diez años y era la época de los hippies, yo asociaba ese movimiento con algo pero patético. “Hippie, noo me muero”. Ese era el toque. Después, con los años, fue cambiando, pero en los ochenta se tocaba muy poco.
Entonces, ¿qué te parece el cambio cultural que ha habido en torno a la despenalización?
Fíjate que está hay algo bueno. Hoy día el tema está en las casas, sobre la mesa. Yo lo he compartido con mis hijos.
¿Tú has seguido un poco la línea de tu padre?
Sí, pero he querido de alguna manera ir abriéndome no al modernismo, tampoco me voy a poner una vieja weona, pero sí escuchar a mis hijos. Cuando mi hijo me contó que había fumado en Canadá, el tímpano se me reventó. Pero luego me dijo que no le interesaba. Hay mucha comunicación, y yo con ellos he aprendido a conversar el tema. Mi padre tiene 93, yo 62, tengo una hermana de 47, una sobrina de 6, un nieto de 5, entonces tienes todas las generaciones para conversarlo, y lo hemos hecho de forma muy seria. Yo lo único que le pido a mi hija, es que si va a probar la marihuana, lo haga dentro de la casa. A lo mejor yo la acompañó a probarla, pero acá en la casa, para verla. Y pucha, si le gusta, mala cueva, pero hagámoslo en la casa.
Volada personal
Paty, hablemos de ti. Me dijiste que nunca haz consumido marihuana, ¿por qué?
No, pero fíjate que lo estoy pensando seriamente, porque hay cosas que no me voy a ir a la tumba sin probarlas. Cocaína si que ni cagando, porque solo pensar en el nombre, en las cosas que tiene y sus componentes me provoca una sensación de terror. Y cosas que me den terror jamás voy hacer. Voy hacer cosas que me den placer.
¿Y la marihuana da placer?
Amigas y amigos míos que fuman, jóvenes y viejos, me dicen “Maldo, weona, teni que probar la marihuana”. He estado a punto, pero digo “Ay cochetumadre, no, espérate. Después, después”. Entonces, vuelvo al computador antiguo y digo ¿si me pongo loquita?. Mira la weá, yo sé que es una ignorancia lo que te digo, pero lo voy hacer. Te lo prometo.
¿Cuándo será el momento indicado?
Mira ¡he estado a punto!… Pero me da nervios.
Hay gente que usa la marihuana para componer o inspirarse, ¿a ti como artista nunca te llamó la atención para eso?
Lo encuentro fantástico, pero nunca me llamó la atención. Yo trabajé de noche, me saqué la conshesumadre con un desgate que te podí morir, y nunca necesité nada. Ahora, no soy la Virgen María, pero no necesité drogas. Pero ahora han hablado tanto de la marihuana, que ¿cómo no voy a fumarme un pito? Yo necesito fumarme uno, te lo juro.
¿Te llama la atención otra sustancia?
Mira, después de haber leído sobre la raíz de un árbol que se da en Ecuador, la ayahuasca. Es una weá que dicen que es, pero loca, loca. Y no que me quiera volver loca, más de lo que estoy ja. Es por lo que he leído. Todos los antecedentes que tengo en la mando de eso, dicen que tú vuelves al pasado a reencontrarte con los tuyos. He leído harto al respecto, y sé del caso de una persona que fue a Ecuador y que probó con los indígenas. Ahí, luego de vomitar, se encontró con sus papás, que estaban muertos. Ese solo hecho me provocó una sensación de querer probar.
A ti, ¿con quién te gustaría reencontrarte?
Con mi madre y mi abuela. Yo tuve una relación maravillosa con mi abuela. Para mí fue lo más grande de mi vida. También tengo una sobrina que partió hace dos años, muy joven, por un cáncer terminal, y que a todo esto también pensamos en la marihuana, pero ella tenía muchas náuseas con la quimioterapia y sufría mucho con los vómitos. Me encantaría tener un reencuentro con ella, y tener esa experiencia que traspasa cualquier límite. No sé si lo pueda hacer, porque no tengo nada en mi vida relacionado con eso, pero la marihuana la voy a probar, de todas maneras. Y me importa una raja.
Material extra: CNI y redes de coca
Paty Maldonado se ha hecho archi conocida por ser uno de los pocos rostros –si es que no es el único- que ha mostrado, pública y abiertamente, su respaldo al Golpe Militar. Entonces, para cerrar, Cáñamo no puede dejar pasar una pregunta clave:
Patricia, hay muchas tesis que apuntan a que en los tiempos del Gobierno Militar, la CNI habría manejado importantes redes de tráfico de cocaína, ¿tú que podrías contarnos de eso?
Yo estaba muy lejana a eso. En el año 73’ yo tenía 23 años, vivía con mis padres en General Velázquez con la Alameda, no tenía ningún contacto, ninguna relación en esos años con el Gobierno Militar. Solo que lo único que quería era que llegaran los milicos al poder. Era todo lo que yo quería, y cuando pasó salté en una pata hasta el día de hoy.
Pero años más tarde empiezas a involucrarte…
Fíjate que no, para qué te voy a mentir. No sé si habrá sido cierto, se han dicho tantas cosas que la verdad es que no tengo idea. Te lo diría.
«PÓNGALE DROGA A LA FAMA»
La Geisha: Pasta base, porque es rasca.
Luli: Marihuana, la encuentro light.
Kike Morandé: Cocaína, porque es más cara.
Golborne: Noo, yo lo asocio con un pito de mente, jaja, no pasa nada.
Allende: Cocaína, porque al viejo le gustaba la weá.
Pinochet: Ahí me cagaste…¡ahí me cagaste! Tal vez lo asociaría con la marihuana, así como: “Pásenme un pito, chiquillos”.
Paty Maldonado: Con la marihuana, algo relajado, ¡no sé! Quiero ver qué pasa jaja.