Hace dos años y cuando la discusión en torno a la Constitución estaba en su punto más álgido, Patricio Fernández fue entrevistado por el director de la revista Cáñamo. En esta entrevista conversaron de todo un poco y también sobre el «camarín» del Clinic y que hoy toma relevancia debido a la creación del primer sindicato de trabajadores de este medio. Acá la entrevista.[show_more more=»Seguir Leyendo» less=»Volver» color=»#0066cc» align=»center»]
Pato Fernández, director de The Clinic:
“Podría suceder que no haya nueva Constitución”
Por Claudio Venegas / Foto: Ronny Belmar
Edición 111 – Julio 2016
A sabiendas de que tanto el tema central de la entrevista, el proceso constituyente, así como el propio entrevistado, eran de calado profundo, traté de enfocar la pauta de la entrevista al máximo, pero de poco sirvió: la conversa igual se alargó. Por más precisas y concisas que fueron las preguntas, cada respuesta de Pato Fernández era como una invitación a seguir tirando el hilo de la madeja. Tan importante como lo que respondía parecía ser la anécdota, la historia, la desilusión o la esperanza que se insinuaba detrás de cada idea verbalizada. Habla con convicción pero no avasalla ni inhibe el disenso, parece tan dispuesto a hablar como a escuchar, cualidad que ha debido extremar en su rol como miembro del Consejo de Observadores Ciudadanos encargados de la implementación del debate constitucional cuya primera etapa acaba de culminar. De eso hablamos con Pato: de una nueva constitución, del poder, la libertad y otras hierbas, incluida, obviamente, la hierba a secas.
Partamos por lo evidente… ¿Por qué una nueva constitución?
No es para nada tan evidente, ya que es una alternativa perfectamente planteable continuar con el camino de las reformas, de hecho soy de los que cree que hoy día es un poco hipócrita decir que esta es “la constitución de Pinochet”. Esta constitución ha tenido muchísimas reformas, a esta altura yo le llamo la “constitución de la transición”. Es una constitución que incluso está firmada por Ricardo Lagos, que es producto de una serie de negociaciones y transacciones a lo largo de ya 25 años, por lo tanto creo que llegar y tratarla directamente como la “constitución de la dictadura” encierra algo de cobardía.
Pero eso no significa que no esté de acuerdo con que se debe hacer una nueva constitución, a mí me parece que las razones para hacer otra constitución van más allá. Una de las razones es que si existe un mundo que considera que el origen ilegítimo de esta constitución la invalidará para siempre, ya es buen motivo como para decir entonces solucionemos este asunto, hagámonos cargo, porque la constitución debe ser respetada por la gran mayoría de los chilenos, y como si fuera poco, ésta es una constitución que a mí no me gusta. Pero más allá de eso estamos viviendo tiempos de cambios tan importantes que la invitación es que a con calma y sensatez, y en una conversación lo más amplia posible, diseñemos una constitución para los tiempos que vienen. No me parece ninguna locura.
El ex presidente Lagos aseguró en su momento, de manera pomposa, incluso arrogante, que la constitución que llevaba su firma era una nueva constitución realmente democrática, cuando en la práctica muchos aspectos esenciales del texto de la dictadura seguían ahí. ¿Quizá eso es parte del problema?
No sé si es parte del problema, yo creo que estaríamos en esta conversación igual o más si no hubiera pasado eso, pero hay que reconocer que hubo una cuota de exceso de entusiasmo imperial (risas). No era una nueva constitución, pero sí era una constitución que reformaba los pilares más hostiles, autoritarios y violentos de la constitución del 80.
¿Para qué sirve una nueva constitución? ¿A qué nivel opera? ¿Crees que la gente lo tiene claro?
Primero, el que no todos sepan cuán importante es una constitución no es argumento para ignorarla, más bien es un argumento para procurar mayor educación cívica. Imaginar que por hacer otra constitución va a cambiar el mundo es de una ingenuidad imperdonable; ningún texto escrito reordena el mundo de nuevo y hace que los hombres empiecen a pensar distinto o a relacionarse de una manera absolutamente diferente. Pero en la constitución sí se puede organizar el poder, ver cuáles son los espacios de libertad que los miembros de una comunidad tienen para tomar determinadas decisiones. Ayer leía a Andrés Bello y él planteaba que la constitución debe ser capaz de rescatar de alguna manera la personalidad social del momento, el espíritu del tiempo, del pueblo en que se aplica y, al mismo tiempo, dialogar con ese espíritu de forma tal de estar en el presente y en el futuro, permitir relaciones nuevas para ir solucionando los problemas que se van presentando.
Mencionaste dos variables: libertad y poder. ¿Es eso lo que está en juego, más que la cosa cotidiana, del día a día del chileno? ¿Será a eso a lo que le temen los que se oponen a cambiar la constitución? ¿A que se redistribuya el poder?
Lo principal de una constitución se relaciona con cómo se administra o cómo se fija la distribución del poder en una comunidad… Y sí: absolutamente, ese es el miedo que produce una conversación así de abierta de los ciudadanos entre mucha gente que ostenta el poder. Sin lugar a dudas, invitar a la gente a decir qué opina, qué piensa y qué mundo quiere, para algunos es una sensación de inestabilidad absoluta. Hay algunos de los que se oponen a discutir que, si tú los apretaras, tendrían que reconocer que no quieren que se redistribuya el poder.
Entonces hay algo de cierto en lo que reclama ese sector en relación a que la idea de debatir sobre la constitución es casi inherente a la idea de cambiarla…
Algo de razón tendrían… Ahora pasa algo con ese temor, y es que parte de la base de que vivimos en una comunidad llena de revolucionarios con plumas paradas y que quieren dar vuelta nuestro modo de convivencia en 180 grados. Lo que yo he experimentado y visto no es eso; vivimos en una comunidad mucho más sensata y serena que lo que el mundo político en sus litigios permanentes sospecha. Más serena, más calma de lo que piensa la derecha, que no quiere que se mueva nada, y de lo que piensan algunos sectores muy de izquierda y que hablan en nombre del pueblo, que creen decir lo que el pueblo quiere.
¿Cuáles serían a tu juicio los criterios para decir si esta primera etapa del proceso fue un éxito o no?
Yo todavía no me atrevería a responderte eso, porque falta terminar aún con muchas etapas con otro mundo de gente con posibilidades de participar. Esos son algunos de los ingredientes que faltan para evaluar. Falta también algo que es tan central o más que eso, que es ver cómo se van a tomar en cuenta las opiniones de la gente, cómo van a ser sistematizadas, cómo se va a constituir un documento que sintetice, que resuma, que constituya las bases de estos diálogos, que se supone lo va a hacer el Consejo de Observadores. Y después todavía falta ver cómo este documento o esas conclusiones pesan en el proceso de escritura de la nueva constitución que vendrá y que el próximo Congreso decidirá mediante qué mecanismo se hace… Todavía no está decidido el mecanismo con el cual se hará la próxima constitución…
Considerando todo lo que dices, además de todas las dificultades y tensiones que ha implicado esta discusión, resulta legítimo pensar que este debate termine por no ser tomado en cuenta…
Podría suceder también que no haya nueva constitución. Si es que este parlamento no tiene dos tercios de sus miembros que le bajen el quórum al siguiente para decidir el mecanismo mediante el cual la constitución se lleve a cabo, este asunto se va a estancar también. O sea, este proceso de alguna manera empuja un carro en una dirección. Es un interesante ejercicio para ver qué es lo que quiere la gente: si muchos son los que manifiestan una voluntad, es difícil que el mundo político lo contradiga con demasiada personalidad, porque a los políticos les gusta tener el afecto de la gente. Pero todavía falta en este proceso.
De acuerdo, pero los políticos, de manera transversal, han demostrado una habilidad impresionante para capear cualquier cambio que ponga en entredicho sus cuotas de poder…
Sí, pero si el próximo parlamento, que se elige sin binominal, va a decidir cómo se hace la constitución, la ciudadanía conciente podría votar por gente que represente en algo este sentir y es posible que les pueda pedir o exigir compromisos… Ahora, cuando digo esto no estoy desconociendo las torceduras de caminos que los políticos pueden llegar a hacer por intereses personales.
O sea que tu convicción, tu esperanza, se sustenta en que habrá una cantidad importante de gente pendiente de este tema, defendiéndolo…
Yo puedo tener no sólo la esperanza, sino que, si me interesa mucho, trabajar para que eso ocurra, y puedo ganar o perder… Así es la democracia. O sea, yo puedo pensar y desear algo, pero si no lo desean la mayoría de los que votan, lo lamento, perdí. Y me tendré que comer mi frustración. Una de las cosas que a algunos más les cuesta aceptar de la democracia es que en la democracia hay que manejar la frustración. Ahora, si lo que yo estoy trabajando lo empujo y es lo que quiere la mayoría y alguien me hace una trampa, eso es inaceptable.
Pero considerando que por mucho tiempo se le ha hecho mucha trampa a la gente, todo lo que se ha quedado en evidencia en el último rato, que hagan trampa es algo más que un simple riesgo potencial, ¿no?
Sí, hemos tenido una democracia tramposa mucho tiempo, el sistema binominal era tramposo, dejaba fuera opiniones que podrían haber quedado dentro, era un sistema que llevaba a ordenar el mundo en dos grandes bloques, pero hoy día eso tampoco está. De manera que exigir que la política dé los resultados que tú quieres, exige tu compromiso y tu trabajo y en eso puedes ganar o perder, pero que cualquier ser humano espere que acontezca lo que él quiere desde el lugar donde está durmiendo siesta, no es un hecho de la causa que tiene que suceder, no es justo tampoco.
“En Chile todo el mundo fuma marihuana”
La constitución tiene que ver con libertades, en ese sentido ¿tiene alguna bajada en relación a las drogas?
Claro que tiene que ver, sin duda. Una constitución islámica muy probablemente prohibirá, sin oportunidad de discusión, el alcohol, las drogas, el que las mujeres anden con minifalda, etc., etc. Ahora bien, ¿corresponde que la constitución autorice o deba legislar eso? Yo creo que no, eso es materia de ley. ¿Pero corresponde que la constitución lo prohiba? Tampoco.
¿Qué opinión tienes de las actuales políticas y ley de drogas?
Yo no termino de entender, me cabeceo y me cabeceo, y no termino de entender bajo qué argumentos la marihuana puede ser prohibida y no el vodka. Por más que pienso, y más allá de la respuesta cultural y comercial, no encuentro ninguna respuesta.
Nosotros tampoco, lo único que tenemos claro es que el gobierno ha hecho poco y nada en este sentido y que el tema les incomoda. ¿Cuál crees tú que es el problema que tiene Bachelet con la marihuana? ¿Su paso por la RDA? ¿Algún familiar con problemas de consumo? Porque no se entiende que una mujer progresista, médico…
…Y siendo un país tan marihuanero. En Chile todo el mundo fuma marihuana. Caminas por el borde del río Mapocho a las dos de la tarde y no tienes que hacerte un pito para salir volado, basta con ir a dar un paseo. Yo noto mucho un problema generacional en esto, por eso también es bueno repasar algunas normas fundamentales de diálogo comunitario, porque la marihuana ha tenido un estigma cultural bien fuerte durante mucho tiempo, se le incorpora al llamado “mundo de las drogas” y las drogas se supone que son un universo muy distinto del alcohol y todos sabemos qué es lo que produce accidentes del tránsito, crímenes, violencia intrafamiliar, etc. Los casos de volados que estén involucrados en esto no los conocemos o no se sabe. Alguien que está muy borracho se fuma un pito y ya no es capaz de cometer el delito.
Creo que aún hay un resabio cultural muy fuerte y que la comunidad ha ido superando con creces y por delante de la ley, porque lo que uno puede ver es que la gente ya no tiene tanto miedo por cosas que le puedan pasar por fumarse un pito. No anda paranoica una persona que anda con dos pitos en el bolsillo. Yo no siento que si ando con un pito en el bolsillo me puedan tomar preso. Alguna vez en la oficina del Clinic tuvimos una mata de marihuana y yo defendí totalmente que siguiera ahí; si llegaba la policía y quería hacer algún escándalo estábamos dispuestos a asumir esa pelea. Yo creo que cada vez son más los chilenos que sienten que no le hacen daño a nadie por fumarse un pito y creo que eso llevará a un inevitable cambio de la ley. ¿Cuánto nos demoraremos? No lo sé. Espero que sea lo antes posible, pero doy por descontado que la historia va en esa dirección.
Pero si el tema de Bachelet fuera generacional, ¿cómo se explica el que Ricardo Lagos esté por legalizarlas prácticamente todas?
Porque Lagos ha participado de una conversación mucho más amplia en este tema, que es un tema de política internacional. Las experiencias de otros países son bastante evidentes resepecto de la violencia que produce el narcotráfico, las muertes por enfrentamientos entre bandas y ejércitos. Si la conversación de esto pasa a otras drogas y hay quienes están por legalizarlas todas, yo ahí tengo más dudas porque creo que hay algunas que rompen la lógica de la libertad, o sea hay drogas muy adictivas, contradicen las posibilidades de mercado. Si tú publicitaras la cocaína y la liberalizamos y tú la promovieras, ese que ingresa en la cocaína después puede ser un consumidor cautivo.
Pero eso pasa también con el alcohol…
Por supuesto, por eso es que me parece muy rara la manera en que este tema se trata. Y esto que te estoy diciendo con estas otras drogas me parece que merece una mucho más larga discusión y reflexión de la que yo te estoy diciendo, no la estoy zanjando… ¡¿Pero con la marihuana?!
¿Cuáles son las drogas de Pato Fernández hoy en día?
A mí me ha gustado siempre el copete y también fumo pito ocasionalmente y tomo té también (risas) y fumo tabaco. Este es mi enemigo (toma la cajetilla de cigarros), el cigarro me produce más dificultad que todas la anteriores.
¿Alguna experiencia memorable con drogas?
Si, la más desagradable que tuve una vez hace mucho años fue en Egipto, en el Cairo. Me junté con unos compadres hijos de unos generales tránsfugos, y subimos al último piso de un edificio semi abandonado, detrás de unos carteles luminosos, y me dieron un pito de marihuana con heroína y me quedé ciego (risas), pero ciego ciego, desesperado, no ciego feliz.
¿Se puede hacer una diaria o trabajar volado?
Yo creo que se pueden hacer hartas cosas volado…
…Pero ¿trabajar?
Alguna gente sí y alguna gente no… Hay una cosa que me parece bien importante con la marihuana, y es parecido con el alcohol, es bueno que empiecen tarde… El volado de chico arriesga a perder la voluntad. Si tú ya tienes la voluntad formada, volado puedes hacer de todo.
¿Y cuál es la política del Clinic en este sentido?
Aquí adentro no se puede hacer nada, salvo en mi oficina, que está fuera de la ley.