“Oda a la weed”: la única que le faltó hacer a nuestto premio nobel y consumidor de cannabis, don pablo neruda
Con esta noticia los vamos a golpear, bueno, no tanto, porque un tipo que le dedica sus poemas a una cebolla o en un buen bajón de hambre como el caldillo de congrio, es a todas luces una persona especial y digámoslo, un presunto consumidor de weed, y de la buena.
Este es el caso de Neftalí Reyes Basualto, más conocido por su chapa: Pablo Neruda, personaje al cual miles de personas peregrinan todos los años a tres casas de sus casas , sin reparar en un pequeño frasco que Don Pablo guardaba secretamente en su botiquín de isla Negra .
«Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido», escribió una vez el poeta, claro, y la volada también, o sea de sus muchos viajes trajo: figuras de madera tallada de África, una mesa de restaurante de París, muñecas de Polonia, esculturas de la Isla de Pascua, y la pieza clave : El salero y el pimentero con etiquetas que decían claramente «morfina» y «marihuana».
¿Los golpeamos?… ¿No?, ¿Y si les decimos que adentro de esos saleros y pimenteros efectivamente había morfina y marihuana?. Ahí cambia la cosa y todos los astros se alinean para entender la musa inspiradora de su gigantesco legado artístico, que no era ni más ni menos que una voladita con un buen cogollo de la quinta región.
Fuente: La tercera