Hay cogollos más rojizos, más morados, más lilas y en distintas tonalidades que variarán según la presencia de un pigmento, la anticionina.
Las anticioninas son pigmentos hidrosolubles que se encuentran en algunas plantas y frutas. Estas solo comienzan a producirse al final del ciclo de floración de la planta, cuando esta deja de producir clorofila y la producción de anticionina comienza, aunque muchas veces no pueda afectar al cogollo de forma perceptible y dependa también de su genética.
El pH influye mucho en el tipo de coloración que tendrá la planta, resultando flores más rojizas en condiciones de pH más acido; tonalidades púrpuras en los suelos más neutros; y hermosos tonos azulinos en los alcalinos.
Pero normalmente la marihuana adopta tonalidades más anaranjadas, amarillas u ocres, y esto se debe a otro compuesto, el carotenoide. A diferencia de la anticionina, éste sí está presente en todo el ciclo de vida de la planta y se manifiesta aún más cuando esta deja de producir clorofila.
También es cierto que el frio está muy relacionado con el cambio de color de la planta, pero esto tiene una estrecha relación con la anticionina. Aunque se está estudiando cómo favorecen las bajas temperaturas a la acumulación de ese pigmento, hay luces que nos indican que estás se producen en mayor volumen con climas fríos.
Por Señor Bigotes.