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Marcha Cultiva Tus Derechos 2019: A paso firme por una nueva política de drogas

Más de 10 mil asistentes, según los de verde, tuvo la decimoquinta versión de la marcha Cultiva Tus Derechos. En un año marcado por los posibles avances legislativos en la materia, una nueva política de drogas que regule la producción y consumo de cannabis, y que prevenga y eduque a niños, sigue siendo la consigna de este hito anual.

La cita era a las 11 de la mañana en Plaza Italia. El sol acompañaba en un otoño que se enfría de a poco conforme avanzan los días. La calzada sur de la Alameda comenzaba a quedar vacía y despejada, lista y dispuesta a ser recorrida por miles de personas que reclaman su derecho a cultivar su propia planta. Y por decimoquinto año consecutivo.

Quizás es en esta versión la vez que más cerca se ha estado de garantizar un piso mínimo de seguridad para cultivadores medicinales. La Ley de Cultivo Seguro descansa en el Senado esperando ser discutida por la Comisión de Salud para luego ser votada en sala. Los esfuerzos de las distintas agrupaciones hacen pensar que este año por fin habrán señales que conduzcan a tan anheladas condiciones de base para cultivar.

Cultiva Tus Derechos como manifestación surge en 2005, en un contexto aún más desalentador para quienes cultivaban y consumían cannabis en ese entonces. Con regulaciones inexistentes y mucho más de prejuicios y mitos que evidencia científica para criminalizar una planta que, catorce años después, sigue siendo consumida por mucha gente y de manera transversal.

No importó que a la misma hora se jugara el clásico del fútbol chileno y millones estuvieran pegados a la televisión, los miles de participantes comenzaron a colmar los lugares alrededor de la Plaza Baquedano para partir hacia el poniente en otro de los hitos de esta lucha que se estampa en la bandera de miles de pacientes medicinales y consumidores recreativos.

Entre los presentes, la directora de Fundación Daya, Ana María Gazmuri, comentaba que esperaba que la marcha «siga uniendo a todos los que necesitamos urgentemente una regulación responsable y que particularmente este sea un impulso para empujar la aprobación de la Ley de Cultivo Seguro, que es un piso mínimo de dignidad y seguridad para los usuarios medicinales».

Misma opinión tienen desde la agrupación Mamá Cultiva. Su directora y fundadora, Paulina Bobadilla, contaba a Cáñamo que, en cuanto a la Ley de Cultivo Seguro, «cumplimos un año y no ha pasado absolutamente nada y las familias siguen siendo vulneradas en sus derechos», por lo que esperaban «que lleguen muchas familias medicinales a reclamar por su derecho al autocultivo y por el cese a la persecución».

Nicolás Espinoza, presidente de Movimental, agrupación que año a año asume la organización de esta marcha, se mostraba optimista en esta nueva versión del evento. «Consideramos que esta causa es una importante necesidad para mucha gente y esperamos que se manifiesten junto a nosotros. Es la decimoquinta versión, es una de las marchas más longevas y más multitudinarias de Latinoamérica. Esperamos solo aspectos positivos».

Claudio Venegas, director de la revista Cáñamo, afirmaba minutos antes de que comenzara la marcha que «lo primero es ley cultivo seguro para resguardar de mejor manera los derechos de los usuarios medicinales, es clave y está a la vuelta de la esquina». Y agregaba que «hay que hacer presión en el Senado para que vea la luz, lo que sería un primer e importantísimo paso, pero quedan varios más porque hay que avanzar a regulación más allá de uso medicinal».

Y es que el proceso de normalización del uso del cannabis es un ejercicio constante de mantener el activismo andando, funcionando, presente, y visibilizando el sinnúmero de casos que apelan a la libertad de elegir el cannabis como terapia, medicinal o recreacional. Y Santiago huele a marihuana, por lo que se hace indispensable continuar luchando en esa dirección.

Avanza el cannabis libre

Pasado el mediodía comenzó el recorrido liderado por los integrantes de Movimental y Fundación Daya, Mamá Cultiva, Cáñamo y Expoweed. Un llamado a la regulación y a la aprobación de la ley de cultivo seguro eran la base de las consignas que se podían leer en los lienzos dispuestos para la ocasión y que desfilaban en dirección al escenario dispuesto en la calle Echaurren, no sin antes pasar frente a La Moneda, como símbolo de tantos años de trabajo y organización frente al poder.

Cientos de globos se elevaban por los aires de la capital mientras el sol entibiaba el ambiente e iluminaba a la columna de miles de personas que cruzaban la Alameda anhelando esa libertad que se funde como valor solo cuando trae beneficios a unos pocos y no cuando se trata de derechos fundamentales para quienes componen esta sociedad golpeada por el prohibicionismo y las maneras paternalistas de resolver problemas sociales.

No faltaban los pitos en los dedos acostumbrados a las miradas inquisidoras y acusatorias del resto del año por consumirse de a poco en una ciudad en la que el alcohol y el tabaco se consumen a la orden del día y sin ser juzgados por el simple de hecho de vivir dentro de un marco regulatorio. Aunque el sentido de la marcha no es convertirse en una fumatón, el libre acceso al cannabis también se proyecta en una forma de consumo como postura política.

Con total tranquilidad avanzaba la marcha Cultiva Tus Derechos por el principal eje urbano capitalino. Cientos de curiosos miraban como las y los que abogan por la regulación del cultivo de una planta milenaria, por decimoquinto año consecutivo, se tomaban las calles con la convicción de que una nueva política de drogas es necesaria para el desarrollo y avance de un país que ha visto cómo la guerra contra el narcotráfico es insostenible, con ejemplos latentes como los narcofunerales, que solo provocan temor e inseguridad a quienes el Estado dice proteger.

Hace menos de dos meses el Ejecutivo lanzó el programa «Elige vivir sin drogas» como parte de su agenda prohibicionista en el ámbito de drogas. Por eso, Claudio Venegas reflexionaba sobre las políticas actuales: «Ya llevamos evidencia acumulada de más de una década de que no es el camino para enfrentar los distintos fenómenos asociados al consumo de drogas en general o al de cannabis en particular, ya sea en adultos o más aún en menores de edad».

Para Nicolás Espinoza, de Movimental, debe existir una nueva política de drogas que tiene que «estar acorde a un Chile moderno, a la sociedad actual en que vivimos, por lo tanto deben estar amparadas y respetando los derechos humanos elementales, enfocada en libertades personales, centrándose en las personas y no en las sustancias».

Que no se hagan los sordos

Ante tanta evidencia y con 15 marchas a cuestas es menester de un movimiento ciudadano exigir a las autoridades que trabajen por la implementación de políticas responsables y a la altura del debate sobre el consumo de sustancias. Eso es lo que hacen las organizaciones presentes en este tipo de instancias.

Frente a la Moneda se ubica la Plaza de la Ciudadanía. Un nombre que invita al empoderamiento de la sociedad en un país en que ese solo acto significa mucho por lo difícil que ha sido construir una sociedad libre y con la conciencia de derechos necesaria para vivir en un país tercermundista con aspiraciones OCDE.

En ese tramo de la Alameda, entre la Moneda y la plaza, de forma simbólica se detuvo la marcha para que, con un grito a cargo de Espinoza, se dejara en claro que la lucha por el cannabis libre seguirá hasta que, efectivamente, se asegure ese pequeño paso. Y en el palacio de Gobierno, siempre bien cuidado y resguardado, saben del potencial que tiene el poder ciudadano.

«Hemos avanzado de manera notable a nivel social y cultural, falta que estos cambios se concreten a nivel legal y político. Es urgente que las autoridades dialoguen sobre los cambios que necesitamos», afirmaba Venegas, quien junto a Cáñamo ha participado de esta instancia desde sus orígenes y, particularmente este año, desde la organización y logística.

Para Ana María Gazmuri, «estamos viviendo una ola represiva tan fuerte que si no sacamos una voz unida es muy difícil poder avanzar. Tenemos un enemigo que no es menor. Hoy por primera vez tenemos un retroceso tan significativo en lo que es la mirada del ejecutivo. Desde la peor época de Mariano Montenegro en el Senda que uno no veía estas políticas».

Un año clave

Es ahí donde radica la importancia en particular de esta versión de Cultiva Tus Derechos. Con tres sesiones suspendidas, se espera que este año pueda estar nuevamente en tabla la discusión de este proyecto de ley. Gazmuri afirmó que «sabemos que metió su mano el Ejecutivo para ponerlo en tabla hasta julio, nos acaban de pasar por encima, pero tenemos el compromiso de apoyo del presidente de la comisión, Rabindranath Quinteros, y apoyo de todas las bancadas».

Además de Quinteros, integran la Comisión de Salud los senadores Francisco Chahuán de Renovación Nacional, Jacqueline van Rysselberghe de la UDI, Carolina Goic de la Democracia Cristiana y Guido Girardi del PPD. Este último y Quinteros serían los únicos miembros de la instancia que aprobarían el proyecto según el apoyo entregado.

«Cultivo seguro fue aprobada por amplia mayoría en la Cámara Baja, 121 votos a favor, un apoyo supertransversal. No importa si perdemos en la comisión, queremos que pase la discusión a sala en el Senado porque sabemos que vamos a ganar», aseguró Gazmuri a minutos de empezar la marcha.

Paulina Bobadilla coincidía con la directora de Fundación Daya: «Tenemos esperanzas de que prime su cordura, que vean la necesidad que hay en cada uno de sus distritos. Si pasara por un informe negativo, tenemos plena convicción que en la sala ganamos la ley».

Para Claudio Venegas «las políticas actuales que ha llevado adelante el Gobierno son bastante lamentables porque representan más de lo mismo que dejara pavimentado Bachelet en sus dos gobiernos anteriores. Siguen poniéndole énfasis en la criminalización, en las campañas del terror, siguen negando la evidencia científica y básicamente siguen sin querer dialogar con las organizaciones ciudadanas a pesar de los malos resultados de su política de drogas».

La marcha llegó a su fin en pleno bandejón central de la Alameda donde Mamma Soul, con sus ritmos latinos fusionados con el funk y el hip hop, y La Brígida Orquesta, una mezcla perfecta entre rap y sonidos de jazz y funk, deleitaron a los miles de asistentes a una nueva versión de la marcha por la libertad de cultivar la propia marihuana.