Loreto Aravena, actriz: «¿Cuál es el problema de cultivar tu propia planta?»
Instalados en el tercer piso del Restaurant Liguria ubicado en
la calle Lastarria, comenzamos la producción fotográfica de la portada
de abril de Cáñamo. Un mes particularmente significativo para la cultura
cannábica chilena que empieza a disfrutar de aquellos manjares
cultivados en exterior. En esta ocasión conversamos con Loreto Aravena,
quien a lo largo de la sesión de fotos nos dio su posición frente al
consumo recreativo y medicinal del cannabis, cómo se puede educar a los
niños con respecto a las drogas y cómo entiende el feminismo, marcando
distancia de las posiciones separatistas.
Entrevista: Carlos Martínez.
Fotos: Ronny Belmar
Producción: Equipo Cáñamo
Maquillaje: Gabriela Calvete
Agradecimientos a restaurant Liguria
Es
un rostro emblemático de Canal 13. Desde su participación en la serie
Los 80, pasando por su rol como Sussy en Soltera Otra vez y su actual
rol en Pacto de Sangre, hemos tenido la suerte de verla en pantalla y
conocer su calidad como actriz a la hora de interpretar cada personaje.
Prueba de ello es que hasta hoy a mucha gente le cuesta disociar a
Loreto del personaje de Claudia Herrera de la exitosa serie Los 80.
¿Crees que los niños no debiesen saber qué son las drogas?
Hay que resguardar los derechos de todos, pero por sobre todo de los niños. Por ejemplo, el tema del piropeo: puede ser que como adulta no me molesta, pero si tienes doce años sí, te huevea. Lo mismo con las drogas: si eres chico, no debes probar cosas ni a los 12 ni a los 14 años. Pero después de los 21, ya tienes la edad suficiente para decidir. Sin embargo, y más allá de las leyes, todo esto pasa por la educación. Pasa por lo que se aprende en la casa, en el colegio.
En ese
sentido, creo que los niños deben saber qué son las drogas. Yo tengo un
sobrino de 15 años y vengo hablando con él desde hace uno, dos años,
sobre las drogas, los condones, la vida sexual. Un montón de temas que a
los padres y profesores les es difícil tocar. Si tu prohíbes y no
explicas por qué lo haces, provocas el efecto contrario. Yo a mi sobrino
le digo que no puede consumir cosas ahora porque su cerebro no está
desarrollado. Pero le explico porque, por ejemplo, él escucha trap,
donde se muestra lo rico que es consumir ciertas sustancias. En las
canciones puede parecer super linda la sensación, pero no hablan de las
consecuencias que trae consigo consumir jarabes, pastillas o cualquier
droga. Es lo mismo con el sexo, puede parecer entretenido, lindo, pero
tiene consecuencias. Entonces hay que hacerle entender a los niños estas
cosas siempre. Por lo mismo, creo que un niño de 14 años debe tener
conciencia de que las drogas existen y los efectos que producen, pero
eso no significa que su papá le tiene que pasar un pito para que pruebe.
Hablar y explicar las sensaciones, lo que pasa después, los efectos
negativos. Ese es el camino para educar. Porque la marihuana como el
alcohol y el cigarrillo son puertas de entrada a otras drogas. Todas las
drogas son puertas a otras. Porque vas probando. La diferencia la hace
la educación y tener la capacidad de que no te gobierne algo inerte.
¿Cuál es tu mirada con la crianza y el consumo de drogas?
Yo
abogo por el parto respetado, por las libertades de cada uno, pero al
mismo tiempo la niñez es algo que para mí debe ser respetado. Por lo
tanto, si hay niños no deben existir drogas cerca. Si un niño se come un
cogollo, chupa un poco de coca o se traga un pedazo de M es algo que
traerá muchas consecuencias. Por algo deben estar lejos y -simplemente-
no estar en la casa que habita el niño. Y me refiero a niños de 14 años
para abajo. Es en definitiva que el niño no pueda tener acceso. Por el
lado de la crianza, creo que no se puede estar volado cuando estás a
cargo de un niño porque tu capacidad de reacción se vuelve muy lenta.
Curao menos, porque si te tomaste dos copetes y tu hijo tiene un
accidente no puedes andar en un auto. Con eso soy súper responsable. Tú
eres papá, yo soy mamá y quiero las drogas lejos, tienes que estar
lúcido. Los fines de semana en que está con su papá, tal vez yo puedo
hacer lo que quiero. Pero si estai a cargo de un hijo hay que tener ojo
siempre.
Hace un tiempo twitteaste sobre el daño que se provocaba al separar a su hijo de su madre solo porque ella había consumido marihuana.
Sí, porque creo en las libertades
individuales. En mi caso yo no fumé en el embarazo ni tomé y fue más
allá de la convicción propia, porque mi médico me dijo que si me tomaba
una copa no pasaba nada. Pero yo no quise hacerlo. Pero si otra mamá
quiere hacerlo yo abogo por las libertades, pero volvemos a lo mismo: se
necesita educación. Recuerdo que antes cuando nosotros éramos niños,
todos fumaban cigarros frente a los niños y manejaban con copete. Yo
recuerdo que cuando era chica y me llevaban de la playa a la casa, me
daban una tapita de menta pal frio.
Y cómo consumidora, ¿cómo ves este proceso de normalización que ha sufrido la marihuana estos años?
Una
cosa. Yo no me declaro consumidora. He probado muchas veces, pero no
tengo una frecuencia de consumo ni mensual ni diaria. Y con respecto a
la normalización, tengo varios amigos que consumen todos los días y no
son personas que están tirados en sus camas sin hacer nada. Yo cuido
mucho mi memoria y la marihuana afecta la memoria a corto plazo y frente
a la cámara no podría estar porque se me notaría mucho. Pero no por eso
la demonizo. Eso sí, hay otras drogas que quiero lejos: no me gusta la
gente que anda encocada, esa energía que genera, además te das cuenta de
inmediato cuando alguien esta jalado y es súper desagradable estar con
alguien así. A algunas parejas los caché en esa y es desagradable el
engaño que hay detrás. La marihuana es más social y la coca es algo que
se hace a escondidas y genera algo raro en el ambiente.
¿Cómo has visto la evolución del tipo de marihuana que circula en nuestro país?
Creo
que es una evolución positiva. De esa mierda que uno probó alguna vez
en su vida, que parecía que tenía caca de caballo o neoprén, al
autocultivo te libera de tener que arriesgarte a ir a comprar. Por eso:
¿cuál es el problema en cultivar tu propia planta?, ¿en qué afecta a la
sociedad? a diferencia del tráfico, donde caen solo los chicos, los que
venden lucazos y nunca caen los grandes. En cambio, los que consumen
pueden plantar una semilla y tener cogollos exquisitos, unos manjares.
Por eso, creo que la legalización solo puede traer cosas positivas.
¿Qué opinas sobre la lucha que dan los familiares y consumidores medicinales de cannabis?
Tengo
un caso súper cercano. En mi familia, una nena que tiene un problema
cerebral y en el fondo tiene más de 20 años, pero es como una guagua de 6
meses y tiene muchas convulsiones. Ha sido tratada con aceite de
cannabis durante 6 años y las convulsiones han bajado considerablemente.
Vi ese progreso y efectivamente baja las convulsiones. Ahí tienes una
herramienta para utilizar, entiendo que en los dolores crónicos es súper
efectiva. Por ejemplo, en las personas mayores que tienen problemas a
los huesos, artrosis, artritis, baja considerablemente los dolores y,
entre usar medicamento y algo natural, el beneficio de consumir cannabis
es obvio. Gana adeptos la marihuana cuando se habla de sus efectos
medicinales. Pero al mismo tiempo, el problema es que se ha satanizado
mucho y ese fue un error a nivel global, porque creo que, si se usa
responsablemente, es mucho menos dañina que el alcohol. Y todo esto de
la prohibición viene de la ignorancia de creer que la marihuana es una
droga dura que te va a dejar como un pasturri en la calle. Esa
ignorancia hace que la vuelva un tema tabú. Como te dije antes, no soy
consumidora, pero considero muy importante que se legalice. Creo que
educando es mucho más fácil hacer entender a la gente que cualquier cosa
en exceso es mala, hasta el sexo, el deporte. Cualquier cosa en exceso
te lleva a un error y evitarlo solo se logra a través de la educación.
¿Cuánto crees que nos falta como sociedad para que se regule el consumo de marihuana en Chile?
Creo
que vamos bien encaminados. Estamos saliendo a la calle a gritar
nuestros derechos y ese miedo que teníamos se va disipando. Sin ese
miedo, dimos un gran paso. La sociedad también está entendiendo que se
puede legislar, pero sin pasar por encima de nuestras libertades. Si se
legaliza el consumo de marihuana no significa que la gente que no
consume va a tener que hacerlo. Lo mismo con el aborto, no significa que
la persona que no quería abortar ahora lo hará. Solo tiene que ver con
las libertades del otro. Pero si lo vas a hacer hazlo de forma segura. Y
lo digo desde fumar hasta abortar. Porque hoy estas cosas se hacen
igual, entonces mejoremos las condiciones de estas personas. Obvio que
hay responsabilidades, pero ahí viene la educación. Yo a mi hija, que
tiene 3 años, le digo que cada acto tiene su consecuencia. Si tenemos
esa educación desde chico, nada va a lograr que no te respetes a ti
mismo. Y si quieres hacerlo, que sea de forma segura. Yo creo que como
sociedad se está entendiendo el punto.
Eres feminista y al mismo tiempo te has mostrado a favor del rol de la organización Amor de papá. ¿Cómo convives con estas posiciones?
Yo
me considero feminista, en el sentido de encontrar la igualdad de
género. Yo no soy de las feministas que creen que todos los hombres son
una mierda y que hay que pisotearlos. Estoy en contra de las feministas
separatistas. Esa no es la opción. Pero entiendo que, en esta situación
de crisis, hay que extremar la situación y es la forma de hacer las
cosas. Ya habrá tiempo para el equilibrio, la reflexión. Pero dentro del
feminismo yo busco la igualdad de género. En ese sentido, el rol de
madre-padre, dos madres y dos padres es fundamental. En la crianza, e
incluso biológicamente, se necesita más de uno para constituir otro ser
humano. Teniendo en cuenta eso, creo que el rol madre-padre,
madre-madre, padre-padre es fundamental en la vida de un niño o niña y
por eso los necesitas a los dos. De ahí que muchas mujeres deben
entender que no pueden manipular a través de sus hijos. Y que si el papá
no llegó a pagar la pensión no puede decir que no pueden ver a su hijo.
Porque una cosa es la plata y otra cosa es el tiempo que pasa la madre o
el padre con el hijo y eso tiene un valor agregado infinitamente
superior al monetario. Yo entiendo también la situación de muchas
mujeres que dependen de esa plata. No es mi caso, porque desde siempre
supe que no me iba a pelear por este tema.
Tus redes sociales son gigantescas. Cada cosa que publicas genera muchos comentarios, buenos y malos. ¿Cómo lo haces para lidiar con esto?
Cuando
partí no tenía conciencia de la responsabilidad que hay detrás. En
Twitter empecé a sentir que era demasiada la responsabilidad que tenía y
además esa red se puso muy agresiva. No cerré la cuenta, pero dejé de
usarla y me cambié a Instagram, que es más amable. Pero todavía recibo
comentarios de personas que me tratan de mala mamá porque tengo tuición
compartida. Yo no tengo tuición compartida porque esa figura no existe,
pero nosotros como papás llegamos a ese acuerdo de que puede verla la
mitad del tiempo al igual que yo, porque entiendo que ella nos necesita a
los dos y que no tiene que sufrir la consecuencia de nuestra
separación. Lo único que diferencia a los papás de las mamás es que no
pueden parir y amamantar, lo demás todo lo pueden hacer igual. Y si son
dos papás o dos mamás, siempre tendrá dos visiones de mundo diferente y
eso es importante para un niño; solo le ayuda a ampliar su mundo y eso
es los más importante. Por eso las madres deben aprender a soltar.
¿Qué opinas de las funas virtuales?
Es
muy fácil escudarse detrás de la pantalla, de un avatar, de una foto y
decir lo que se quiera. En ese sentido, uno sabe que tiene una
responsabilidad y que es muy fácil que me ataquen. Pero no me hago mala
sangre. Si las opiniones son respetuosas, las considero. Pero si alguien
es irrespetuoso lo bloqueo sin siquiera leerlo. No me interesa su
opinión. Antes respondía a todo el mundo, pero creo que tenía que ver
con la madurez. Después, uno aprende a elegir sus batallas y yo a la red
social le doy pocas horas y lo hago por el feedback de la gente. Con
respecto a la funa, estoy en contra. Creo que la lapidación pública
atenta contra la democracia y creo que la vía es siempre la legal. Si
las leyes no funcionan, es eso lo que hay que cambiar. Si hay mujeres
muertas por femicidios, eso es lo que hay que cambiar y apretar ahí.
Pero yo sigo abogando que se haga por la vía legal y no por la funa.
Porque yo lo puedo hacer, porque tengo 600 mil seguidores en Instagram,
pero esa niña que es secretaria y que vive en Puente Alto y que se tiene
que bancar a su jefe todos los días, no lo puede funar porque tiene 100
seguidores y por lo mismo, no tiene el mismo poder que yo. Y si ella lo
funa por Instagram no va a pasar nada. Creo en la democracia y que
todos debemos tener el mismo poder y que la vía legal es el camino. Que
el acoso no fuera penado era un flaco error de la sociedad. Ahora es
penado. Yo tuve un imbécil que me acosó por las redes y yo tenía el
poder de funarlo. Fui a la PDI y me dieron la información de ese tipo,
pero no lo hice porque no estoy de acuerdo que juzguemos a una persona
por una red social. Lo primero es la vía legal.
A propósito de pelear determinadas batallas. Creo que es la primera vez que hablas tan en extenso sobre la marihuana.
No
es la primera vez. He ido a una Expoweed, participé en el evento en
apoyo al hermano de Sergio Lagos. Sé que hablar de esto siempre es un
riesgo, lo sé. Pero mis causas siempre tienen que ver con las libertades
de cada uno y con la educación. La legalización de la marihuana es algo
que me convoca hace mucho, porque viví en una zona periférica y sé lo
que es el microtráfico, sé que los chicos en vez de consumir un cogollo
consumen pura shit, entonces yo viví todo eso. Vengo de bien abajo y si
hoy tomo esta decisión, tiene que ver con ser mamá y con que es una
decisión bien pensada. Sé que me siguen muchos jóvenes en redes sociales
y cuando postee la foto de la entrevista, obvio que la voy acompañar
con algún texto que hable sobre las consecuencias de todas las drogas.
Voy a poner algo porque soy responsable en ese sentido. Yo soy mamá y
esa es la responsabilidad que tengo primero que todo y mi hija es lo que
más importa, y como sé que esto es ilegal no quiero que se utilice en
mi contra.
Por eso nosotros, como revista, valoramos que personas con la tribuna que tienes tú se atrevan a opinar sobre este tema.
Yo
creo que tiene que ver con que ya lo he pensado y repensado y he leído
harto sobre el tema y entiendo de qué se trata la marihuana en
específico. Uno llega a cierta edad en que quizás tienes más conciencia
que el aporte que puedes hacer es mayor. Lo mismo cuando se debatía
sobre el tema del aborto. Cuando nadie se atrevía, yo dije que estaba a
favor del aborto libre y ahora somos muchas.
¿Cómo ves a esta industria en este sentido?
He
estado en Holanda, en cafés donde te traen una carta de marihuana. No
satanizo la marihuana. Hay gente que quiere cultivar, quiere tener
vaporizadores, bongs y está bien. Todo bien. Entonces démosles espacio a
todos. No veo nada malo en ese mercado. Y si los evangélicos quieren
predicar en la esquina que lo hagan. De nuevo, las libertades. Además,
sorry, nadie te obliga a ir a la Expoweed si no quieres ir. Mientras
dejen todo limpio.
Por último. Me comentabas que habías asistido a la Expoweed. ¿Qué te pareció?
Fui con un amigo el año pasado y lo encontré entretenido. él exporta pipas de vidrios, bongs. Partió con todo esto y me invitó. Igual yo paso súper piola en la calle. No soy tan alumbrá. Eso sí, me sorprendió el buqué heavy que había.