Cultivo

LED, tecnología amigable con el agricultor puertas adentro

Por Señor Bigotes.

Artículo publicado en la edición 105 de Revista Cáñamo (enero-2016).

Existen muchas opciones a la hora de elegir una luminaria para nuestro cultivo de interior. Las más usadas y preferidas por los granjeros en el mundo son las lámparas de descarga de alta densidad o HID. Entre estas están los focos de sodio de alta presión (HPS) y los haluros metálicos (MH). Estos focos sirven para respectivas etapas del cultivo por la frecuencia de onda que emiten: luces más frías o azules para la etapa vegetativa, y luces más cálidas para la etapa de floración de nuestras plantas. Si bien estas luces producen mayor cantidad de ‘luz’ o lúmenes, que son una medida de la potencia luminosa que emite su fuente, en este caso no nos sirve para hacer una comparativa con otras fuentes de luz. En este punto entra la denominación PAR o Photosynthetically Active Radiation (radiación fotosintéticamente activa) que indica los espectros de onda de luz que son mejor aprovechados o más idóneos para que la planta pueda producir su fotosíntesis. En este punto, la luminaria LED saca mucha ventaja con respecto a las luminarias tradicionales (HID).

Si bien los LED no son muy populares entre la mayoría de los cultivadores de marihuana indoor, esta opción de luz nos ofrece muchas ventajas. Si bien sumando y restando pros y contras podemos declarar un empate, el avance tecnológico en las lámparas LED para cultivo ha disminuido la carencia que presentaban en sus inicios, y esto se debe a una sobre-promesa que hacían los fabricantes con respecto a su potencia. Pero el tiempo fue mejorando la calidad de insumos para crearlos y ya pueden competir a la par con los focos tradicionales.

La luz LED se obtiene al pasar electricidad por un semiconductor. El primer LED vio la luz por allá en al año 1927, descubrimiento de un ruso, lamentablemente se catalogó como un invento inútil hasta 1961, año en que Texas Instruments lo patentó como una fuente de luz artificial, si bien su uso solo se remitía al puntito rojo que veíamos en una esquina de nuestros televisores.

La mala fama de las luces LED se debe a que en sus albores se prometía más potencia que la que de verdad emitían. Esto básicamente porque los diodos eran de 1 watt o menos de potencia, lo que se traducía en una fuente de luz ineficiente para el cultivo. Actualmente se fabrican estos dispositivos con led’s de 3 a 5 vatios de potencia, este aumento de potencia era lo que le faltaba a las luces LED para poder ser competitivas versus los haluros y lámparas de sodio, aumentando la producción y satisfaciendo la demanda lumínica de la planta en sus distintas fases, especialmente durante la floración, que es cuando más luz consume la planta.

Ya cubierta la carencia de potencia, una ventaja que le agrega más valor a los focos LED es que pueden cubrir un espectro de luz más amplio, incluso más especifico si es que puedes configurar sus ‘colores’ o espectros de la onda que emiten.La planta de marihuana necesita luz que vaya desde los 400 nm hasta los 700 nm. También hay algunos sistemas de iluminación LED que traen diodos que están bajo los 400 watts y sobre los 700 watts, es decir, que pueden generar luz ultra violeta y también infrarroja. Las ventajas de esto serán aclaradas más adelante, porque tienen directa relación con otra de las ventajas que nos ofrece este amigable método de iluminación para nuestros armarios de cultivo.

La temperatura es un gran problema para aquellos que utilizan iluminación convencional de sodio de alta presión o HPS: estos tipos de focos generan mucho calor, lo que también significa que se está perdiendo energía (recuerden que la energía nunca desaparece, solo se transforma y en este caso se transforma en calor). Nuestras amigas LED no producen tanto calor y eso se transforma en una ventaja a la hora de, por ejemplo, cultivar en verano. Pero también tenemos temperaturas bajas en invierno, y si nuestras luces no generan el calor suficiente para obtener la temperatura ideal en nuestro indoor, podemos aprovechar los focos LED que tienen diodos infrarrojos y generan temperatura pero de forma moderada, pudiendo alcanzar los grados idóneos para nuestras plantitas.

Si bien existen diodos que pueden llegar a la frecuencia de la luz infrarroja, también tenemos la chance de usar diodos que emitan frecuencias ultra violetas. Si bien son destructivas, ayudarán a que la marihuana genere más tricomas para poder proteger su ‘ovario’ del daño que pueda provocarle, esto puede significar mucha más resina en nuestras flores.

 

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