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La revolución será verde

Chile ha avanzado mucho en materia de cannabis en los últimos 15 años a nivel social, cultural y, hasta cierto punto, también político. Esta normalización en torno al cannabis es producto del trabajo ciudadano de muchísimas personas, organizaciones y emprendimientos. Expoweed, desde su primera versión el 2012, ha sido parte fundamental de este proceso y nos sentimos orgullosos por lo que ha significado para la causa cannábica y para el desarrollo de los emprendimientos entorno a ella.

Pero nuestro tema no es el pasado. Lo que nos quita el sueño, lo que nos mueve y convoca, es el futuro, uno que no está para nada claro, que aún es promesa no sólo respecto del cannabis sino de nosotros como sociedad, como país.

La actual movilización social en curso implica posibilidades históricas inéditas para avanzar de manera efectiva en la construcción de un país distinto, un país mejor a través de un nuevo pacto social y una nueva constitución. Como Grupo Cáñamo Chile estamos tratando de aportar desde distintos frentes, y Expoweed no será la excepción.

Estamos realizando ajustes en el programa del Cáñamo Fórum para que además de los destacados invitados nacionales y extranjeros comprometidos con conferencias sobre la industria cannábica, la regulación, entre otras materias, abramos también un espacio de diálogo ciudadano sobre lo que ocurre en nuestro país y cómo avanzamos hacia ese nuevo trato: esa nueva constitución.

La comunidad cannábica tiene la oportunidad y el desafío de instalar sus demandas en el debate social en curso, especialmente a través de una arista que se ha ido perdiendo en el actual contexto de normalización que mencionamos al principio, pero que siempre ha estado ahí desde los comienzos de este movimiento (por allá por el 2005) y que por temas de espacio, sólo enunciamos:

Debemos hacer claridad que esto no se trata de defender “derechos individuales”: eso no existe, esos son privilegios. Los derechos siempre son sociales, de todos y para todos, otra cosa es que se ejerzan de manera individual. En sociedades profundamente desiguales y discriminatorias como la nuestra, la “normalización” del cannabis a secas, de facto, se vive distinto dependiendo de dónde y quién la practique. La desigualdad social a la base de las movilizaciones ha dejado de manifiesto cómo hemos empujado a amplios sectores de nuestra sociedad a la marginalidad, a la anomia, siendo el narcotráfico una de sus caras más brutales. Contra el narcotráfico lo hemos intentado todo, menos construir un país con justicia social y regular el mercado de las drogas en general y del cannabis en particular; y para eso, la normalización que hemos conquistado, no basta.

La normalización que vivimos y construimos era totalmente necesaria, pero por su propia naturaleza, es frágil y tiene un techo bajo. No evita que al año detengan a casi 26 mil personas por las faltas -no delitos- de porte, consumo o cultivo. Tampoco garantiza el uso medicinal. La normalización no implica más y mejores tratamientos, ni prevención eficaz en los grupos más vulnerables como los menores; y menos desde un enfoque de reducción de riesgo y daños.

Tampoco viabiliza el desarrollo de una verdadera industria cannábica sustentable, basada en el comercio justo y que sea un polo de desarrollo económico para Chile.

Para eso la normalización no basta y el activismo como lo conocemos, no alcanza. Lo que necesitamos es una nueva regulación y lograrla pasa por un trabajo de una calidad, dedicación, talento y energía, sin precedentes.

Hay que actualizar los conocimientos y la evidencia, hacer estudios propios serios y potentes; resetear las propuestas que hay y que no son pocas, que incluyen prevención y educación, entre otras cosas, y también la regulación de la producción y abastecimiento de cannabis haciendo claridad sobre las ventajas de ordenar y regular una industria y un mercado que hoy existen, solo que controlado por mafias.




Hay que volver a hablarle a la ciudadanía en general y a ciertos grupos en particular, con mayor precisión y eficacia. Debemos reinstalar la discusión grande en la agenda pública, incidir en los procesos electorales que se avecinan, en resumen, hay que volver a hacer política, porque, aunque a algunos no les guste la palabra o no la entiendan, esto siempre se trató de política.

La lista de cosas por hacer es larga, pero no infinita. Pero eso es el qué. Hay que clarificar además quién y cómo hará este trabajo, y muy especialmente, de dónde vamos a sacar los recursos para financiar esta labor. Y en eso estamos.

La próxima EXPOWEED 2019 queremos que marque un hito más en este proceso, en este nuevo camino que debemos iniciar con urgencia.

Pero tenemos además otra urgencia más de la cual hacernos cargo: la crisis climática que vive nuestro planeta. A partir de este año, y en adelante, trabajaremos constantemente para que todos los emprendimientos del Grupo Cáñamo Chile, hagan su aporte a esta causa planetaria. En lo inmediato, EXPOWEED 2019 se desarrollará en el marco de un Plan de Manejo Sustentable que incluye diversas iniciativas que serán prontamente comunicadas a la ciudadanía. Tomando en cuenta además la suspensión de la COP25, estamos en contacto con los principales referentes de este tema de la sociedad civil a quienes les hemos ofrecido Expoweed para realizar debates y acciones para seguir haciendo conciencia sobre la dramática situación que vivimos.

Como ya queda claro, Expoweed 2019 se realizará sí o sí y será la más grande y relevante de toda su historia.

Más verde que nunca, como la revolución en curso: verde esperanza, verde planeta y si… obviamente, también verde cannabis.

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