La inclusión en la industria de la moda: Migrantes, disidencia y cannabis experimenal
Jotha Jerez no es solo una marca de ropa, o el sello de un proyecto independiente, o la forma de abreviar el nombre de un diseñador emergente. Es un punto de vista, es ironía, es una contrarrespuesta a la sociedad conservadora y canónica. Es una manifestación y un darle cara a las realidades que hoy persisten.
El recorrido ha sido confuso, pero exitoso. Jonathan Jerez actualmente tiene 27 años. Trabaja en tienda Purga, un nicho que fomenta el trabajo y las creaciones de diseñadores independientes en pleno Barrio Bellevista.
«Primero estudié diseño industrial un semestre, después me salí y me metí a diseño en general, que es el bachillerato que hacen en la Mayor. Estuve dos años y medio. Me volví a salir y me cambié al Duoc. Cursé un semestre de diseño de ambientes, para finalmente estudiar vestuario tres años y medio», cuenta el reconocido diseñador emergente.
Su paso por distintas instituciones de educación superior fue solo un barniz. Optó por salirse cuando adquirió las herramientas necesarias para establecer su marca. «Si tenía el título era para trabajar en retail y cero posibilidad con trabajar para retail», afirma. Jerez es diseñador de vestuario, así lo considera él y sus seguidores. Vive en Melipilla. «En el campo», como siempre dice.
Cuando era niño, siempre le gustaba crear, imaginar cosas. Le llamaba la atención lo diferente. Todo lo que pudiese encontrar en la ropa americana disponible del momento. Su mente genera ideas constantemente. No deja de analizar, de moverse.
Moldea diseños, que luego
trabaja con las modistas de su pueblo. Tampoco hace las gráficas de su
marca, Jotha Jerez, en esta labor lo ayuda un amigo. «Jotha es el
seudónimo cuando estudiaba en el colegio y Jerez mi apellido. En verdad,
es mi punto de vista frente al mundo», sentencia.
La ropa
«Mi marca quiere apelar a la inclusión en general. No solamente al estándar que está de moda. La inclusión apela a todos, básicamente, porque todos los seres humanos ocupan ropa. En cualquier situación, todos usan ropa», explica Jerez.
¿Qué es la ropa? Para este joven diseñador, «es como soy frente a la vida. Este soy yo, así quiero que me vean. Es una pantalla, una visibilidad», precisa.
Los tiempos han cambiado en la manera de entender los conceptos. En ese sentido, teóricamente, dice Jerez, «la moda se realizó con esta cosa de la alta costura y todo ese show. Antiguamente, la moda era para un grupo muy selectivo, donde todo tenía que calzar perfecto. La moda era para gente de alta sociedad».
Pero eso quedó atrás, agrega, cuando «los diseñadores más transgresores llevaron el movimiento urbano a la alta moda, que es cómo lo ve la generación más milleniall. Nosotros captamos la moda de esta manera. Antes era más alejada, ahora no sé si cualquiera, pero puedes acceder más a consumo visual por el tema virtual que genera el internet, la conexión al celular», afirma.
Precisamente, es la era digital una nueva plataforma para estos diseñadores independientes. «Ya no compras lo que te vendía la televisión o la revista. Ahora buscas», asegura Jerez.
Entre sus referentes está Andrea Crews, quien «aborda el lado urbano, pero en el sentido de marca me gusta Gypsy, pero él es como un artesano. Viéndolo a él como referente vi la inclusividad en su totalidad, porque en todas en sus colecciones es full inclusivo en las pasarelas más cuáticas».
Andrea
Crews es un sello que reúne a talentosos franceses dedicados a diseños
sport y activistas. Lleva más de diez años en la industria y es liderado
por la diseñadora Maroussia Rebecq.
La migración: primera colección
Durante los últimos años, la migración es un fenómeno que ha ido en aumento en Latinoamérica y Sudamérica. En Chile, hasta el 31 de diciembre de 2018, 1.251.225 personas provienen de otros países, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
De este total, un 14,3% son haitianas, en números: 179.338 residentes en el territorio nacional.
Precisamente es esta nueva realidad la que llamó la atención a Jerez. «Quiero enfocarme en lo que la sociedad tiró. En lo que oculta. Temas de migración. Yo nunca he salido del país, entonces para mí ver una batahola de gente de otro color era brígido. Ver el estilo que tenían ellos, que era muy diferente al chileno, que es muy fome para vestirse. El chileno es aspiracional, quiere ser muy pulcro, pero de marca», asevera.
Es la forma de vida; la manera de mostrarse a la sociedad lo que lleva a este diseñador a incluir a los migrantes haitianos en sus diseños. «Lo que tienen ellos, y me llamó la atención, es la manera más precaria de que con lo poco que tienen igual se ven tapizados y estilosos. Es una cosa de esencia, actitud, de cómo proyectarse ante los demás. No tiene que ver con lo monetario. No ser piolas, quitados de bulla como los chilenos, y con pocas lucas», explica.
Otro tema importante para Jerez es el trabajo fotográfico en sus creaciones. «Trato de incorporar una realidad, de crear un mundo artístico, fantasioso frente a la realidad. Lo urbano, lo suburbio, es lo que me gusta transmitir en las fotos, pero más under», asevera.
Su forma de crear conlleva un proceso. «Primero abordo una temática en general y después trato de que sea coherente en la morfología, por ejemplo, lo que ocupaban los migrantes. Si ocupan más deportivo y ese tipo de cosas. Vas sacando rasgos», señala.
Para
su primer proyecto reconocido en los medios, Jerez conoció a un
fotógrafo que buscaba a personas recién llegadas a Chile y les tomaba
fotos. «De ahí saqué la primera colección que hice inspirada en la
migración. Se llamaba Welcome, pero de manera mal escrita: Huelcome. Una
ironía al chileno que es súper picado a yanqui básicamente», explica.
Lo virtual y disidente
Su segundo salto se vincula a la sexualidad, a lo no binario, a lo no categorizado. «El travesti, el trans, el que no es nada. Es él enfrentándose a la vida sin ninguna denominación».
A Jerez lo inspiró lo «virtual, que tenía que ver con Instagram. Añadí esta cosa de letras chinas, por ejemplo. Esto de ponerme cuestiones sin siquiera saber qué es. Algunas decían en chino, quiero caca, tengo sueño y la gente nunca cachó que era eso. Me gusta jugar con la ironía», explica.
Everyday
situations es el nombre de la segunda colección de Jotha Jerez. «LGTB
fashion BRAND!», describe una publicación con sus variados modelos
posando.
Cannabis experimental
«La colección de ahora tiene que ver con la inspiración que me genera la marihuana desde que la empecé a fumar, porque tomé otra visión de la vida. Las noticias que están pasando ahora igual están incluidas. Lo que tiene que ver con los asesinatos a homosexuales que hubo, lo que está pasando con los pacos. Te están matando y no hacen nada. Tiene que ver con eso», asevera Jerez sobre su última colección, que presenta en esta edición, de forma exclusiva a Revista Cáñamo.
Su acercamiento al consumo de la weed es reciente, pero beneficioso e innovador para sus creaciones. «Yo antes estaba muy cerrado, la marihuana me dio un punto de vista, casi de ser como una mosca y ver más allá. Te hace tomarle un sentido más significativo a las cosas, no ser tan plásticos», cuenta.
«Uno se pone límites, y dice, ‘tal vez va a ser muy cuático, pero desde que fumo, no me importa, los límites no existen. Uno puede hacer la weá que quiera, chao», sentencia.