José Gahona, el hombre al frente en Zona Ganjah
Acaban de tocar ante un Caupolicán con casi tres mil personas que corearon sus temas clásicos y los no tanto. Eran una de las bandas más esperadas por el público que asistió a la cuarta versión del Festival Vibration y así se sintió en el lugar. Zona Ganjah, banda fundada por el antofagastino radicado hace catorce años en Argentina, José Gahona, estuvo a la altura de lo que requería un recital que reunía a la movida reggae nacional y algunos invitados foráneos.
José es el espíritu de Zona Ganjah. él le dio forma desde el año 2002 en su tierra natal, hasta su autoexilio allende los andes. En sus letras se nota el mensaje que la religión Rastafari ha inspirado su arte. Pocas veces vuelve a Chile a tocar con su banda. Esta vez lo disfrutó.
«Vale la pena venir y encontrarse con un público muy cariñoso. La gente se conectó con lo que estábamos haciendo, los vi bailando y cantando, estábamos en la misma sintonía», dice el cantante, para demostrar su satisfacción. «Me pareció bastante especial», insiste, Gahona, en una pequeña pieza tras las bambalinas del teatro, que sirve de oficina para la producción del evento y el que nos facilitaron para lograr conversar con tranquilidad.
Gahona no se imaginaba lo que lograría con su proyecto, el que partió como una experimentación musical cercana al Hip Hop, uno de sus géneros favoritos y de sus mayores influencias. «Para mí siempre fue una sorpresa y no ha dejado de serlo. Todo lo hice de manera independiente y sin invertir en marketing. Sucedió a través de internet, que se masificó porque la gente le dio mucho valor a las letras», cuenta para explicar el éxito de Zona Ganjah.
La marihuana, el amor, lo espiritual, lo sagrado, la vida misma, todos conceptos que destacan entre sus versos. Mensajes positivos, energía y buena vibra son la columna vertebral de la prosa de Gahona musicalizada por la banda. «A nivel general, lo que más me inspira es la gente o la sociedad misma, con mis ganas de querer aportar algo para que se torne un lugar un poco mejor», explica el cantautor sobre sus letras.
Dice que en un comienzo sus escritos eran la representación de su protesta personal, y que con el pasar del tiempo se fue transformando en algo más espiritual. Pero a Gahona no le interesaba, según dice, generar una espiritualidad que se diferencie del resto. Lo suyo es unir a la gente en torno a un mensaje.
«Mi búsqueda se convirtió en eso, en
intentar provocar en las personas que encuentren esa espiritualidad y
que nos sintamos más unidos como seres humanos, como algo más grande,
como una familia. Mi inspiración se basa en eso», señala el músico.
La Ganjah
Bien Saben los de Babylon
que mi ganjah es una planta
Y que a mi gente le encanta fumarla
Saben, lo ven, de la tierra crece
Entonces déjennos usarla
De la tierra crece, Zona Ganjah
No es casualidad el nombre de la banda de Gahona. Muchas de sus letras hablan sobre el consumo de cannabis, de ganjah, su cultivo y sus propiedades medicinales. Sabe bien que es una postura política la de defender la libertad personal para producir y usar la hierba.
«La marihuana que es uno de los mensajes fuertes que tuvimos desde el principio, en el momento en que recién surgían bandas que lo decían explícitamente, hoy en día en las canciones es más normal escuchar de marihuana, en ese momento impresionaba un poco», afirma José.
«Hoy se entiende mucho más que lo que se entendía hace 15 años atrás. Estamos en un momento en que un par de países están legalizando, están investigando, informando, lo que es importante también. Eso lo veo prácticamente como una victoria», agrega.
Estados Unidos y Canadá en Norteamérica lideran la implementación de la legalización del cannabis, no solo con fines medicinales sino también recreativos. Para Gahona, la influencia gringa es parte del proceso inevitablemente.
«De
hecho ya pasó a la inversa cuando Estados Unidos prohibió la marihuana,
el resto del mundo también lo hizo. Ahora investigan, legalizan,
aplican la medicina, salvan gente y niños y el resto del mundo lo va a
seguir porque lamentablemente es una influencia muy grande. Eso es
positivo, y socialmente es muy loco», se explaya el autor de Fumando
vamos a casa.
Surfear la ola
Y este fenómeno que se masificó por internet durante sus primeros años, debe seguir adaptándose a los cambios de la red y el comportamiento social que lo precede y sucede. Para eso, el interés que posee Gahona por el comportamiento social de las personas, es fundamental a la hora de mantenerse vigentes.
«Es muy cambiante todo el tiempo. Esto de las redes (sociales) nos hizo muy diferentes a lo que pensábamos que íbamos a ser», reflexiona el vocalista de Zona Ganjah. La música es parte de esa vorágine y así lo tiene claro Gahona. «El acceso que tenemos a la música, como sociedad, nos convirtió en algo más ansioso, inmediato, instantáneo, lo que te exige como artista a subirte a una ola que va un poco más rápido», dice.
Aclara que no se refiere al
hecho de estar constantemente creando canciones, sino que a la respuesta
que el mismo público genera con el material que la banda publica en
internet a través de las distintas plataformas de reproducción. «Si les
gusta tu canción lo sabes al toque y eso es bastante vertiginoso para lo
que estábamos acostumbrados. Antes, la música llegaba un poco más lenta
a la gente», analiza.
La música, espejo de la sociedad
Y esa misma inmediatez trae consigo una apertura a nuevos mundos musicales. Para Gahona, esto supone siempre que esté analizando las piezas con más reproducciones, el pop. Su trabajo como productor lo obliga a mantenerse actualizado. «No es mi playlist, pero me gusta analizarlo. ¿Por qué la gente escucha esto?», se sincera el músico.
Para Gahona, la música es el reflejo de lo que somos como sociedad. Dice que las letras de géneros urbanos como el reggaetón, que muchas veces son explícitamente sexuales, no son la causa de que se sexualice a la juventud. «Es como culpar a la guerra de que la gente sea violenta. La gente es violenta y va a la guerra. Si fuésemos pacíficos no habría guerra», enfatiza.
La música masiva es, para Gahona, la «expresión artística» de lo que es la sociedad. Ni más, ni menos. «Fue lo que les salió porque es lo que tenemos en la cabeza como sociedad», comenta y añade que «para esperar otro tipo de música masiva, primero, nosotros como sociedad debemos convertirnos en otra cosa y ver qué es lo que sale artísticamente desde ese otro lugar».
Por eso, Gahona
se muestra orgulloso de hacer lo que hace, con un público bastante fiel.
«Tengo mi propia forma de manifestar mi arte y aporto un poco para la
gente que también es parecida y se siente identificada con mi música. Al
final la música es eso, lo que te identifica, el estilo, la letra, lo
que sea. Yo aporto mi forma», relata.
Vivir tocando
No es un secreto que ser músico es complicado en Chile. No existe una industria local con tanto alcance para muchas bandas independientes y autogestionadas. Gahona se muestra crítico ante la situación ya que, afirma, el Estado debe mejorar sus compromisos con los artistas nacionales.
«En Argentina pude empezar mi carrera porque habían beneficios estatales, fondos, o la Sociedad de Derechos de Autor que realmente funciona de otra manera, de hecho es una entidad estatal, acá es una entidad privada», se lamenta el músico.
El desgaste energético que significa tener que trabajar en otras cosas, además de tratar de impulsar una carrera artística y cultural, dice Gahona, es lo más complicado por los artistas emergentes en Chile. «Comparto muchos escenarios con artistas consagrados como Quique Neira o Gondwana. Me gustaría que existieran más bandas con ese apoyo, así de consagrados», explica Gahona.
En Argentina, los derechos de autor se les pagan a los músicos sea cual sea el lugar donde se toque su música, a diferencia de Chile, donde no se cobran derechos en las regiones fuera de la Metropolitana. Es decir, se puede recibir una remuneración mayor por el trabajo realizado.
«Yo lo viví en Antofagasta, lo que lo
hacía aún más difícil. El primer disco lo grabé en la casa de mi mamá en
Antofagasta y noté que era como remar en dulce de leche. No está la
industria, salvando las distancias, eso hace que no sea sustentable»,
opina el cantante.
Lo que viene
Acaba de terminar de grabar su último trabajo discográfico titulado «La Búsqueda», por lo que en este período se encuentra en lo que denomina «etapa de libertad creativa». Gahona aprovecha sus momentos de inspiración para crear música y unir ideas de sonidos que nacen de una instrumental que crea en su teléfono arriba de un avión y las letras que se le ocurren en sus acciones diarias.
«Además de esta etapa, a nivel personal estoy mudando mi estudio, así que no tengo mi herramienta principal y eso me deja en stand by a nivel creativo. Así que por el momento me ocupo más que nada de la gira que es algo que te consume mucho tiempo», resume José, con su calma habitual.
Los shows no paran en lo que queda del año y el plan es presentarse en diferentes provincias argentinas. Pero en Octubre, adelanta, «estamos planeando un show grande que será en el Estadio Obras Sanitarias», un lugar bastante conocido en la escena musical sudamericana. Será la primera vez que toquen el último disco en Buenos Aires. Para el próximo año esperan visitar Estados Unidos y Europa y ya está confirmada su participación en el Festival Jamming de Bogotá, Colombia.
«Hay un fruto de la perseverancia. Llevamos mucho tiempo haciendo esto y después de tanto tiempo ves los frutos de todo el trabajo que vienes haciendo y creo que el reconocimiento, el buen momento en el que estamos ahora como banda, se debe a eso», concluye Gahona, quien desde la cuarta versión del Festival Vibration se llevó los aplausos y el respeto de su público.