Champurria es un término mapuche que describe una mezcla de bajo valor, en definitiva, es un término peyorativo para referirse al mestizo. Con el tiempo su carácter de insulto ha sido dejado de lado y sirve para catalogar a lo mezclado.
Texto y fotos: Jorge Rosales
Definirse como champurria, es tomar contacto con el mundo indígena, no necesariamente siendo un descendiente indígena directo y habitando un espacio hegemonizado por la cultura occidental
Según el Genomic Insights into the Ancestry and Demographic History of South America , somos 57% europeo, 38.7% amerindio 2.5% africano y 1.7% asiático
En definitiva y genéticamente en Chile todos tenemos algo de Champurrias y eso no solo está en nuestras venas, también está en nuestra cultura y en nuestra idiosincracia: tendemos a mezclar todo, desde comer sopaipillas con salsas peruanas, hasta mezclar ritmos y transformarlos en nuestros (como la cumbia chilena, por solo dar un ejemplo).
En nuestros libros de historia, la historia que nos cuentan es la parte de nuestros antepasados europeos, de cómo colonizaron y crearon el Chile que conocemos ahora. Durante siglos, el componente indígena ha sido negado desde la oficialidad, llegando a que muchos crean que el chileno no es indio (mientras escribo esto veo mi piel y me digo: ¡de dónde!)
Estás fotos dan cuenta de champurrias que, desde el espacio colonizado y europeizado de Santiago, significan sus vidas desde lo indígena (sin ser indígenas de sangre directa) retomando y transformando practicas indígenas y creando un nuevo lenguaje: mezcla del mundo andino y del mundo mapuche, celebran We tripantru (Año nuevo Mapuche) en las poblaciones de Santiago al son de música andina, consumen hojas de coca y celebran el día de La Chacana. Gente en un profundo proceso de decolonización, donde lo indígena y lo europeo toman un nuevo significado, dejando la hegemonía de lo europeo y reencontrándose con lo indígena y champurreándolo, porque podremos vivir en una ciudad diseñada a escala occidental, pero igual vamos a tener a una señora peruana, vendiendo sopaipillas chilenas, en el Paseo Ahumada.
Mariana es argentina y canta música andina en el metro de Santiago. Es parte de la agrupación Aruskipasiñani, rescata la música andina en una ciudad hostil donde vive las dificultades de ser inmigrante y artista callejera.
Daniel es actor, trabaja en la Municipalidad de Recoleta y es miembro de la agrupación musical Manka Saya.
Nadia es Licenciada en Sociología y artesana, es danzante de danzas andinas: Tinku, Saya y Tumbe. Como artesana, trabaja elaborando tulmas y pompones andinos, también collares meñakes y otras artesanías mapuche.