- El uso medicinal de la plantita en nuestro país es incipiente, pero avanza de la mano de científicos que han comprendido el potencial de los cannabinoides para guiar tratamientos en pacientes y sus dolencias. Aquí una actualización de la agenda.
Por Cielo Infinito
Sin duda, impartir cátedras sobre el uso medicinal del cannabis es un hito histórico en Chile. Antara Guajardo Herrera es la coordinadora docente del primer diplomado sobre este tema en nuestro país, que lleva por nombre “Fundamentos científicos, clínicos y regulatorios del uso medicinal de fitocannabinoides”, en la Universidad de Santiago de Chile (Usach).
Es un diplomado online en colaboración con el centro de estudios del cannabis (www.cecann.org), para profesionales de la salud de todo Chile que quieran actualizar sus conocimientos en materia científica, clínica y regulatoria del uso médico de cannabinodes.
Actualmente, está en curso la tercera versión del programa y se ha capacitado a más de 30 profesionales.
El diplomado contempla un total de 180 horas. Las clases son sincrónica (tiempo real con los docentes) viernes y sábado, las cuales quedan grabadas en la plataforma web del curso para su posterior revisión. Se considera por versión un máximo de 30 alumnos y un mínimo de 15.
Según explica la coordinadora docente del programa, en Chile se ha estudiado el uso medicinal de cannabinoides en distintas áreas de la medicina como en neurología, dolor crónico, y usos veterinarios, también en áreas como la ingeniería y biotecnología. Todo esto a cargo de profesionales chilenos especialistas en esta materia. Por otro lado, se han realizado estudios clínicos fase I, II, III y IV de productos de fabricación nacional por farmacias Knop, lo que ha generado vínculos estratégicos y fundamentales entre la industria y la academia.
“La academia chilena en este momento se está haciendo cargo de educar a profesionales en esta materia, con programas de diplomado, cursos, clases y capacitaciones, y cada vez son más los docentes y profesionales que se van sumando a la misión de educar a la población. También ha permitido que investigadores e investigadoras en universidades de prestigio como la Universidad de Chile, la Universidad de Concepción, Universidad de Valparaíso, Universidad de Santiago, entre otras, se puedan dedicar al estudio de cannabis y cannabinoides. Por otro lado, hay empresas como Hebralab con 2 proyectos CORFO adjudicados para la investigación biotecnológica de cannabis sativa, por lo que ya se está comenzando a invertir en proyectos donde e foco sea la investigación de cannabis”, comienza señalando Antara.
Añade: “Por otra parte, se está avanzando en materia agrícola, ya que tenemos empresas con permisos para cultivar y otras con permiso para la construcción de laboratorios farmacéuticos, por lo que se requieren de profesionales expertos que permitan la investigación y desarrollo dentro de las empresas”.
En comparación a otros países, la especialista apunta a que claramente estamos atrasados, debido a las regulaciones y falta de financiamiento de proyectos de esta índole. No obstante, quienes se han dedicado al estudio de esta planta siguen avanzando y esperando que las regulaciones también avancen para poder desarrollar productos creados en Chile en base a cannabis de la mejor calidad, con el objetivo de que las personas que utilizan cannabinoides de forma medicinal pueda acceder a su derecho de dispensación sin problema.
Para Antara, la investigación y desarrollo son fundamentales para el progreso y bienestar de la sociedad, ya que se hace cargo de la solución de problemas cada vez más complejos que van apareciendo acorde a los cambios que esta va experimentando. Esto permite mejorar la calidad de vida, y algunos casos, extenderla.
“Un país como el nuestro, con tan privilegiado y diverso ecosistema, debería por obligación promover y destinar aún más recursos en investigación y desarrollo para no sólo ser un país exportador de materias primas, sino que también de productos acabados de alta calidad, ya que Chile posee excelentes profesionales que al no ver la opción de desarrollarse íntegramente en nuestro país (ya sea motivos de estabilidad económica, barreras legales, entre otros.), debe migrar hacia otros continentes para dedicarse a investigar y desarrollar nuevas tecnologías. A esto no queda ajeno lo que concierne a cannabis, ya que son muy escasos los profesionales que no pueden investigar y trabajar en esta área, por lo que se ven obligados a salir del país o cambiarse de línea de investigación, siendo que Chile tiene una historia de producción cañamera, sus tierras y clima permite la producción de cannabis de calidad, y sus profesionales son capaces de crear productos acabados que pueden ser competitivos en el mercado mundial, por lo que creo que Chile debería impulsar y promover estos desarrollos para aprovechar la oportunidad de ser el lider en materia de cannabis”, afirma.
Bajo el contexto de que hay empresas que están cultivando con sus debidas autorizaciones, algunos en miras de exportación, otros en miras de construir laboratorios especializados en producción de fitofarmacos en base a cannabis, y también los pacientes con su debida receta válidamente emitida, pueden acceder a productos con cannabinoides en las farmacias o pueden optar por cultivar en sus casas, Antara “está a favor de mejorar las regulaciones y promover la educación en pro de abrir puertas y generar mayor oferta de productos de alta calidad para aquellos pacientes que no ven satisfecha su derecho por constitución, a la salud”.
Patologías oculares
Leonel Rojo Castillo es académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile y líder del citado diplomado.
Según explica el docente, en Chile, el estudio sobre el uso medicinal del cannabis es poco. Hay algunos estudios iniciales que se hicieron con Fundación Daya y laboratorios
“Han hecho estudios formales del uso de extractos del cannabis, porque hay que hacer la diferencia entre cannabis como plantas y cannabinoides de la planta. Se ha hecho estudios diría yo por laboratorios, no con extractos estandarizados de la planta y algunos estudios preliminares con tractor artesanal, y en las universidades hay más proyectos de investigación en cannabinoides. Yo diría que las grandes universidades en la Universidad de Chile, la Universidad Santiago, la Universidad de Concepción y la Universidad de Valparaíso tienen buena investigación científica, pero que todavía no han impactado a la clínica”, asevera Leonel.
El uso medicinal del cannabis en enfermedades y dolores crónicos se expande:
“Hoy en día estamos tratando de llevar adelante un par de proyectos sobre usos oculares porque hay varias patologías oculares que pueden ser tratadas. A nosotros nos llama mucho la atención el dolor como como un síntoma que produce ansiedad en los pacientes; de ser incómodo. Y, por supuesto, una amenaza, una sensación muy desagradable, pero también produce un elevado nivel de ansiedad y por esa misma razón, creemos que los cannabinoides tienen una participación y una ventaja adicional a otras formas de tratamiento del dolor. El espíritu de los proyectos es tratar de usar y agradecer para disminuir enfermedades que inflaman el ojo”, explica.
Leonel es el encargado del primer diplomado en Chile y uno de los pocos en Latinoamérica que prepara a los profesionales de alto nivel, abordando la biotecnología para trabajar en la industria formal y regulada de los cannabinoides.
“Para que Chile se desarrolle -y es muy posible que lo haga por el tema que tiene en la exportación de materia prima cannábica para uso médico- tiene que tener personal calificado. Eso es lo que pasa en California, Colorado, Canadá. En las grandes economías de países desarrollados pasa que existen expertos en uso industrial médico de los cannabinoides. En Chile no existen estas personas y eso en el fondo debilita nuestras posibilidades de desarrollo. Nuestro diplomado lo que hace es preparar a los profesionales para entender primero la parte legal. Todo lo que es regulatorio, los permisos, las restricciones, la Ley de Drogas, la importación como qué permiso hay que tener para plantar”, asegura.
Para el especialista, Chile tiene un tremendo potencial que aprovechar. En cuanto a la legalización su postura es clara:
“¿Qué significa legalizar? La verdad es muy amplio el término. Yo estoy de acuerdo con que exista una rayada de cancha, regulación. Todos sabemos cuáles son las reglas y el que se salta la regla es penalizado. Imagínate que viene un emprendedor chileno y quiere plantar tres hectáreas o cinco o 20 hectáreas para poder dar trabajo a la gente. Quiere trabajar en canales y profesionalmente no se conoce bien la regulación”.
Concluye: “Debemos ofrecerle a las personas que están enfermas todas las posibles alternativas de tratamiento, incluyendo a alguien que tiene un dolor muy intenso y no quiere ser esclavo de la morfina. Tenemos que ser capaces de otras alternativas de tratamiento incluyendo los cannabinoides y hoy día eso no se puede, no se puede porque falta regulación; porque el mercado avanza lento; porque las leyes no existen. Los inversionistas no se atreven a invertir en este tipo de cosas cuando la legislación no funciona”.
Potencial anticancerígeno
Sebastián Pino es uno de los participantes del “Estudio de Aceites de Cannabis Obtenidos a partir de Tres Variedades de C. sativa y por Dos Métodos de Extracción Diferentes: Caracterización Fitoquímica y Actividades Biológica, y explica que en Chile se han desarrollado diversos estudios preclínicos y clínicos, tanto en experimentos in vitro como también en personas. En general, se han estudiado algunas patologías o condiciones clínicas donde existe evidencia científica sobre los beneficios del uso de cannabis medicina.
“Nosotros como LABSUN hemos investigado el potencial anticancerígeno de los extractos de cannabis en células tumorales de mamas, próstata y colon. Yo no soy académico, pero dentro de lo que he observado a nivel nacional, las investigaciones en cannabis no avanzan a un ritmo interesante por la normativa legal vigente. Las universidades y centros de investigación científica están muy limitados por los aspectos legales y jurídicos en el estudio, manipulación y utilización de cannabinoides. Sin embargo, existen académicos y profesionales, que a pesar de las restricciones imperantes, igualmente buscan avanzar en la ciencia y beneficios clínicos que podrían conllevar el uso adecuado de estas moléculas.
Según Sebastián, el estudio de la planta de marihuana es fundamental para que la comunidad cannabica del país este educada y concientizada y así levantar una industria nacional de alto impacto a nivel mundial (uso, cultivo, avances técnicos y científicos, entre otros).
“El tema del SAG es un poco complicado, ya que no existe una institucionalidad que se encargue del tema de la industria del cannabis. El SAG solo otorga permisos a cultivos industriales si se cumple con todo lo exigido por la normativa”, finaliza.