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El agua vence al oro

Luego de nueve años de espera, la Corte Suprema de Argentina declaró constitucional la Ley de Glaciares y puso fin a la artimaña más usada por el gigante minero canadiense Barrick Gold, punta de lanza de todas las empresas que explotan la cordillera de los Andes.

Por Ramiro Barreiro, desde Buenos Aires.

«La demanda planteada por Barrick S.A. resulta inadmisible», señaló la Corte Suprema en un fallo que se hizo esperar.

La decisión del máximo tribunal pone freno a 44 proyectos mineros cercanos o sobre cuerpos de hielo que están evaluados, según consta en un documento de la Secretaría de Ambiente de la Nación.

Pero todos los ojos están puestos en un solo proyecto. El más emblemático de todos, por tratarse de una amenaza ambiental que ya golpeó dos veces. La mina de oro de Veladero, explotada por la firma canadiense Barrick Gold, principal obstáculo de la ley.

Los ambientalistas explotaron en júbilo y calificaron el fallo del máximo tribunal como un hito para la preservación de los glaciares.

«Celebramos el fallo, ya que no hay dudas que los glaciares deben ser protegidos. Este resultado responde, sin dudas, al reclamo que todas las asambleas del país y las organizaciones civiles han llevado adelante. El pedido de Barrick para que se declare la inconstitucionalidad de la normativa nacional ha sido una jugada perversa que afortunadamente perdió. Ahora, resta que se haga efectivo el cumplimiento de la ley y que cierre Veladero. No podemos permitir más minería sobre los glaciares de los argentinos», sostuvo Gonzalo Strano, vocero de Greenpeace.

Strano agregó: «El gobierno nacional y las provincias deben comprender que no se puede permitir exploraciones y explotaciones mineras en cualquier lado. La ley es muy clara al respecto. Si en la zona hay glaciares o si se pone en peligro el ambiente periglacial, allí no se puede avanzar. El acceso de los ciudadanos a fuentes de agua dulce depende de ello, ya que el 80% de dichas reservas se encuentran en los glaciares. Por eso, es muy importante garantizar su protección».

Por su parte, Enrique Viale, representante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, manifestó: «El fallo es contundente y señala que la responsabilidad en la protección de glaciares es compartida entre Nación y las provincias; y reafirma que los derechos individuales como el de propiedad ceden ante derechos colectivos como el derecho al agua».

A su vez, Viale agregó: «Barrick evidencia un histórico desprecio por la legislación ambiental de nuestro país. Siempre supo que su emprendimiento minero Veladero y el proyecto Pascua Lama violan la Ley de Glaciares, por eso la cuestionó judicialmente. Ahora no hay más excusas, desde hace años que venimos pidiendo la aplicación efectiva de la Ley de Glaciares, especialmente en las zonas donde están en peligro».

La Ley de Glaciares establece los presupuestos mínimos para la protección de los mismos y del ambiente periglacial con el objeto de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos para el consumo humano; para la agricultura y como proveedores de agua para la recarga de cuencas hidrográficas; para la protección de la biodiversidad; como fuente de información científica y como atractivo turístico.

No es solo Barrick quien ve comprometido su futuro. Pachón, controlado por Glencore, Agua Rica por Yamana Gold, y Los Azules por McEwen Mining, son algunos de los proyectos que podrían verse afectados, ya que se encuentran en zonas de glaciares en la cordillera de los Andes.

En total son 44 los emprendimientos cercanos o sobre cuerpos de hielo que deben estar protegidos.

El guarismo surge de datos del ex Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (hoy Secretaría), que informan que existen en toda Argentina 322 proyectos mineros en distinto grado de avance, de los cuales 77 se encuentran en las cuencas inventariadas por el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) en el relevamiento nacional de glaciares.

Pia Marchegiani, directora de Política Ambiental de la Fundación Ambientes y Recursos Naturales (FARN), sostuvo: «Una decisión de este tipo reafirma la importancia estratégica de nuestras fuentes de agua dulce, y respalda el sistema de protección ambiental vigente con leyes de presupuestos mínimos. Es una decisión que vuelve a poner sobre la mesa que los intereses particulares no pueden pasar por alto las necesidades de un país de preservar sus bienes ambientales».

Para el dirigente nacional de Unidad Popular, Claudio Lozano, «tardó nueve años la Corte Suprema en declarar constitucional la Ley de Glaciares. Mientras tanto la Barrick Gold envenenó el suelo de San Juan en varias oportunidades con agua cianurada. La cantidad de veneno identificado en estos derrames superó en más de 10 veces a la que motivara en Europa la Prohibición de la Minería a Cielo Abierto. De más está decir que esta demora de nueve años le permitió a la Barrick facturar lo que había previsto para 25 años de actividad minera. Celebramos la resolución de la Corte y advertimos que lo que hace falta ya es la aplicación efectiva de la ley. Esto implica el cierre de emprendimientos como Veladero y Pascua Lama que se han desarrollado en abierta violación a la ley vigente. El agua vale más que el oro».

Temerario prontuario

La presencia de Veladero cerca de los pueblos de Iglesia y Jáchal está marcada por una relación histérica con los pobladores.

Al principio, la promesa de progreso y empleo para todos caló hondo en un pueblo cuya plaza principal es el único sitio provisto de internet de calidad, aunque las calles que la rodean aún sean de tierra y estén llenas de hoyos.

Eran pocos los que en un principio se animaron a ocupar esa misma plaza para instalar una carpa y combatir una explotación con uranio enriquecido que finalmente no operó. Con los años, encontraron un nuevo enemigo: la actividad minera. La misma que les permite tener un teléfono satelital en sus manos, gracias a la extracción de litio.

La asamblea «Jáchal no se toca» fue sumando gente con el tiempo y desde ese pequeño terruño de 10.000 habitantes lograron hacer tanto ruido que hasta el papa Francisco se plegó a la causa, con foto y todo.

La resistencia de los vecinos de Jáchal fue el argumento principal para la sanción de la ley, en 2010, y el inicio del inventario de glaciares, un trabajo que Argentina aún no concluyó. Pero, claro, ese argumento también es utilizado por la defensa de Barrick Gold para justificar su presencia en el lugar antes de que sancionen la ley.

El progreso para el pueblo nunca llegó. En el departamento de Iglesia, donde está ubicada la mina, apenas fueron construidos 30 kilómetros de veredas a pesar de que a sus habitantes les prometieron 2000 millones de pesos argentinos en obras públicas con dinero proveniente de Barrick. Incluso la cantidad de empleados contratados y que allí viven no llegan a 70.

En Jáchal, a 120 kilómetros aguas arriba, hay quienes aseguran que quienes eran albañiles, docentes, peones rurales y chacareros pasaron a tener dos autos por casa. Sin embargo, Barrick solo emplea a una treintena de habitantes nacidos allí. Incluso, algunos integrantes de la asamblea reconocen por lo bajo que si fueran 600 los operarios que viven allí, no existiría ni la carpa ni la protesta.

La guerra fría levantó temperatura en septiembre de 2015, cuando ‘la Barrick’ vertió un millón de litros de agua contaminada, afectando a cinco ríos interiores de la región. En aquel momento se suscitó una polémica por el ocultamiento de la contaminación, que fue negado por el propio gobierno nacional.

Y empeoró en septiembre de 2016, con «un incidente dentro del valle de lixiviación producto del desacople de una cañería corrugada de 18 pulgadas con solución de proceso», según manifestó la firma en un comunicado.

Lo que realmente sucedió fue un accidente en uno de los cuatro caños corrugados que transportan agua cianurada, y que derramó 97 metros cúbicos a la hora en un valle de lixiviación, aunque esta vez no llegó a los cursos de agua.

El gobierno de San Juan suspendió la actividad de la mina y el gobierno argentino denunció penalmente a Barrick. Pero Barrick no se rinde.

Estrategia

La única respuesta de la empresa al golpe que le propinó la justicia fue una fuente que explicó bajo condición de anonimato que el fallo no afecta a ninguno de los proyectos de Barrick en el país.

La zona en cuestión no es apta para la explotación minera, pero el argumento de Barrick es que ha llegado antes que la norma.

El propio informe ambiental realizado por la firma para instalarse da cuenta de que «en el área del proyecto y zonas aledañas predominan las geoformas relacionadas con un ambiente actual de tipo periglacial».

La Ley de Glaciares, promulgada en octubre de 2010, prohíbe la actividad minera en zona de glaciares. Asimismo, la zona de lixiviación, donde ocurrieron ambos desastres, tiene 56 hectáreas más de lo permitido. Fue justamente un bloque de hielo el que el 8 de septiembre perforó el caño corrugado que volvió a derramar agua cianurada.

Más claro, echarle agua. En estado líquido.

Sin embargo, para Barrick Gold parece ser un problema de retórica. En diálogo con la prensa, la firma ha puesto mucho énfasis en llamar «incidente» a los derrames.

Barrick Gold opera en 10 países y aproximadamente el 10% de su producción lo aporta la mina Veladero, que comenzó sus operaciones en 2005, con una inversión inicial de 540.000.000 de dólares.

La firma ha informado que, según un informe elaborado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la mina Veladero y su cadena de valor representan un 28,6?% del producto bruto geográfico de la provincia de San Juan.

Es con plata y abogados que quieren seguir abriéndose paso. Su nuevo CEO, el sudafricano Mark Bristow, estuvo de visita en Chile, donde Barrick tiene un proyecto binacional con Argentina llamado Pascua Lama, y detenido por problemas ambientales desde 2013.

El mensaje fue claro: «Definitivamente estamos allá para quedarnos», dijo Bristow. «Mi mensaje para Argentina y Chile es que Barrick está de regreso».