Desayhumo: Buscando ser un aporte a la cultura cannábica
Llevan casi un año transmitiendo todos los miércoles en vivo desde Instagram. Su público se informa acerca de las industria, participa de concursos que se resuelven durante el programa y comparte -ya sea virtual o no- un mañanero acompañado de pan, palta, jugos y frutas. Desayhumo puede parecer un intento incipiente por canalizar a un público de nicho a un programa, pero también es la expresión de un mercado cannábico que se consolida, que abre sus posibilidades y estrategias de marketing en plataformas que antes eran impensadas.
Son cerca de las 10 de la mañana y somos 6 personas en la sala de recreación del Rincón Cañamero, restaurant que se ha transformado en una de las locaciones predilectas de Freak Poppa (Conductor y creador), Felipe Wax (voz en Off) y los camarógrafos Jorge Valenzuela y Piemc, quienes han sacado al aire, miércoles tras miércoles, el programa Desayhumo.
La idea, nos cuenta Freak Poppa, surgió hace casi un año y después de un video en vivo por Instagram. El mañanero y la cantidad de personas que se conectaron ese día fueron el «click» para que se decidiera darle continuidad a la idea, buscar auspicios, pero -por sobre todo- a crear un espacio para y por la cultura cannábica.
«Me pareció una buena idea compartir las mañanas mediante un desayhumo bien fumado y comido. Se me prendió la lucecita». agrega Freak Poppa.
Después de un par de programas en vivo, las marcas que apoyaban a Desayhumo vieron una oportunidad para acercarse más a su público objetivo. El programa comenzaba a instalarse, dentro del público cannábico, como una posibilidad más desde donde acceder a contenido novedoso relacionado con la marihuana y con un claro componente made in Chile.
«Cada
programa que realizamos lo ven alrededor de 200 personas que están
rotando y las marcas se han interesado en nuestra propuesta. Trabajamos
con más de una treintena de auspiciadores, de todos recibo apoyo
publicitario y sus productos que son los que regalamos al público. Esa
es la idea.» destaca Freak Poppa.
Al aire
El equipo de Desayhumo nos ha reunido en el Rincón Cañamero para transmitir su programa a través de la red social de Instagram. En el lugar, habilitado para la transmisión, se comienzan a ordenar los regalos, la parafernalia para fumar, los logos de las marcas y se deja un espacio para el pan, la palta, frutas y jugos.
Se acomoda en una silla, un trípode y el celular de uno de los camarógrafos, mientras a su alrededor los invitados comienzan a tomar posiciones. Todos miran sus celulares y de -cuando en cuando- saludan al celular que está transmitiendo el programa y que está dispuesto en la silla.
Los que estamos fuera del «set» podemos ver el tránsito hacia la transmisión en vivo. El conductor revisa sus apuntes. Saluda a las marcas que lo acompañan y al público que lo sigue. La idea del programa es simple y para nada pretenciosa: conversar acerca de la cultura cannábica mientras corren caños, bongs con extracciones y vaporizadores. Los invitados, generalmente vinculados a esta industria, aportan a la conversación y instan al público a mantenerse conectados y participar activamente en los concursos.
Todo esto acompañado de vaporizadores, bongs y caños que se pasean frente a los espectadores.
En esta ocasión en que hemos sido invitados, algunos participantes reflexionan con el conductor sobre la relación entre deporte y cannabis. La conversación fluye de la misma forma en que lo hace el humo y el jugo de semillas de cáñamo.
«Nuestro programa busca ser entretenido y que aporte a la cultura cannábica chilena. Según mi opinión, la mejor forma de presentar la información es de forma entretenida. En esta época en que somos malos para leer, escribir, es mediante la entretención que se puede avanzar mucho más sobre los temas de interés del público. Yo no busco hablar de una sustancia sino de generar una cultura. Sé que aún falta mucho para que no se eliminen los prejuicios sobre la marihuana, pero desde acá estamos avanzando», comenta el conductor de Desayhumo, Freak Poppa.
En el programa al que asistimos, los invitados aportan a la conversación con sus intervenciones pero, al mismo tiempo, también están transmitiendo desde su propias cuentas. Es un ejercicio multiplicador y que de alguna forma redefine el concepto de entretención, apuntando a un nicho específico,donde hay que empatizar conla persona que está mirando y hacerlo parte del programa.
Es en este tipo de espacio donde las marcas que tienen relación con la industria cannábica ven una oportunidad de acercarse a su público objetivo de forma directa y los que sacan al aire Desayhumo tienen claro que es un espacio que se abre.
«La marihuana se encuentra en un proceso de crecimiento como industria, aparecen nuevos trabajos y las marcas están buscando personas con quienes trabajar en este ámbito para potenciar sus productos. Sobre todo personas que están en algún medio: actrices, cantantes o representantes de la cultura urbana. La redes sociales e Instagram en particular son el espacio natural donde se da este tipo de relación», agrega Poppa.
Entonces ¿son las redes sociales los nuevos espacios donde se puede desarrollar el activismo cannábico? Esta fue una de las consultas que le realizamos al conductor de Desayhumo.
«Creo que son los espacios ideales
para realizar activismo hoy en día. Agarras el público preciso que le
interesa saber sobre este tema. Esa es mi intención con Desayhumo, ser
un aporte a la cultura cannábica. La idea es que con desayhumo a la
gente le quede el corazón, el estómago y la mente llenita», responde
Freak Poppa.
El teléfono, un participante más
En Chile existen más de 28 millones de celulares según datos entregado por el INE. La penetración de internet móvil tampoco se queda atrás: cerca del 80% de los chilenos ha utilizado su celular para conectarse a internet, según un estudio de Google Consumer Barometer. Por eso no es de extrañar que en nuestro país, redes sociales como Instagram cuenten con aproximadamente con 6 millones de cuentas activas en Chile y que la mitad de ella se concentren en la capital, Santiago.
Con ese marco, lo que sucede con el programa como Desayhumo es parte de un efecto global y que está avanzando, en diferentes niveles, en todos las áreas de la sociedad y con el teléfono como pieza central de este puzzle.
En el programa el humo se asemeja a una neblina de
invierno y el celular se convierte en aquel invitado al que todos le
brindan interés porque es la ventana desde donde cientos de personas
miran e interactúan.
De lo digital a lo real
Son pasadas de las 11 de la mañana y Freak Poppa junto a Felipe Wax, que se ha encargado de hacer fumar a todos los asistentes durante el programa, proponen un concurso al público. La idea es que los primeros 4 espectadores que lleguen a la locación del programa recibirán, poleras, revistas, semillas y papeles.
«Antes de que se acabe el programa deben llegar», comenta el conductor quien recuerda como llegó de «sopeado» el último concursante que corrió durante cuadras para alcanzar a obtener su premio.
Los invitados hacen un aro y comienzan a probar el desayuno o los restos que les dejamos los que estamos detrás de las cámaras. Pero el programa no se detiene, continúa transmitiendo, ofreciendo un espacio de intimidad que sólo se podría lograr con este formato.
En el programa la conversación se retoma y se centra en una noticia cannábica que Freak Poppa lee a modo de introducción y que tiene relación con el deporte y cannabis. Los invitados opinan y comienzan a darle vuelta al uso de marihuana en la actividad física.
De pronto, alguien golpea la puerta. Los que estamos adentro de la sala de recreación del Rincón Cañamero, ahora convertido en lugar de filmación de Desayhumo, nos miramos con cara de pregunta.
Después de golpear, alguien con la respiración entrecortada abre la puerta. El conductor lo reconoce y lo saluda. Es el primer concursante que llega a recibir su regalo. Ahí en vivo y para el resto de los espectadores, Felipe Wax lo recibe con una extracción. El concursante primero pide un poco de agua y después fuma. Hace unos minutos atrás era un espectador mirando a través de la señal emitida por el celular. Ahora es uno más del programa y se une a la conversación, mientras recibe regalo tras regalo.
Lo límites de lo digital y real se diluyen. Y al medio está Desayhumo, con una propuesta de entretención que llegó para quedarse.