¿Te acuerdas de tus primeras fumadas? Cuando hasta las hojas del cannabis eran parte de la dosis que necesitabas para sentirte despegando en tus viajes de exploración sensorial. Cuando el cogollo chileno hacía gala de su fineza encumbrándose por sobre los porros prensados cochinos y ocasionaba el subidón especial, ancestral.
A muchos nos pasa que, a medida que la calidad y potencia de los cultivos fue en aumento, son sólo recuerdos esas voladas primerizas que ocasionaban los más deseados efectos de la marihuana en nuestro cuerpo. Claro, como consumidores debemos encontrar nuestras propias dosis, reconocer nuestros momentos ideales y probar lo mejor a lo que tengamos acceso.
Pero tampoco podemos negar que, cuando abunda la cantidad y nuestro consumo se hace excesivo, generamos la tolerancia a los componentes del cannabis que, lo que provoca, en resumidas cuentas, es que tengamos que fumar mucha más cantidad para lograr los efectos que antes no nos costaban tanto.
Habrás notado, en el caso de que te haya ocurrido esto, de que cuando dejas de fumar un tiempo, tu siguiente consumo es como un flashback a esas primeras voladas y sientes que has vuelto a disfrutar de las bondades recreativas y medicinales de la planta que tanto nos gusta.
Esto sucede porque tu cuerpo y organismo genera tolerancia a tus consumos. El sistema endocannabinoide consta de los receptores que interactúan con los cannabinoides de la planta. Uno de estos receptores, el CB1, es el que está directamente relacionado con los niveles de tolerancia.
Cuando el consumo es constante, estos receptores comienzan a disminuir en cantidad, como señal de respuesta que da el cuerpo a la adaptación fisiológica de los consumos, en este caso de cannabis. El cuerpo tratará de asimilar este consumo y volverlo parte d ela rutina, lo que provoca que, ante la menor receptación del THC, este ya no genere los mismo efectos de antaño.
¿Qué hacer?
Hay un par de trucos que permitirán que esta tolerancia que has desarrollado, disminuya. Pero para eso hay que tomar un par de decisiones que muchas veces pueden ser algo radicales para consumidores habituales de cannabis.
La opción más efectiva es la de abstenerse de consumir cannabis por algún tiempo. Estudios realizados sobre la recepción de CB1 demuestran que, si se deja de consumir cannabis, ya a los dos días comienzan a regenerarse estos receptores, lo que permite bajar el umbral de tolerancia.
Aunque dos días no serán suficientes para desarrollar una baja prolongada de la tolerancia. Por eso es recomendable aumentar el tiempo de abstinencia a entre dos y cuatro semanas, que es cuando el THC ya comienza a eliminarse del organismo por completo.
Otra alternativa que puede ayudar a quienes no desean dejar de consumir cannabis por mucho tiempo es, simplemente, reducir las dosis de consumo diario. Disminuir la cantidad de caños diarios es fundamental para este objetivo si no quieres dejar de fumar. Las microdosis de cannabis son una de las respuestas a este típico problema.
Para encontrar esa dosis justa se recomienda abstenerse del consumo por dos días y comenzar a probar pequeñas dosis diarias de cannabis, ya sea fumada o vaporizada, e ir evaluando los efectos acorde pasa el tiempo después del consumo. Cuando obtienes el efecto deseado has encontrado tu microdosis.
También hay técnicas para ayudar a cumplir esta misión. Hacer deporte también ayudará a la remoción del THC acumulado en los lípidos de nuestro cuerpo. Mientras más se muevan de nuestra grasa, más espació habrá para que el THC nuevo ingerido realice sus funciones dentro del cuerpo y vuelvas a tener un buena volada con dosis menores de cannabis.
Disminuir la tolerancia significa un ahorro en tu consumo y eso siempre es bienvenido cuando queremos cuidar nuestra cosecha y hacer más duradera la disponibilidad de cannabis para todo el año. Un ahorro de dinero si lo quieres ver en términos económicos.
Disfrutar del cannabis y sus efectos es un derecho y está en tus manos que esto se mantenga cada vez que consumas tu querida hierba.