El Massospora es un hongo que infecta a las cigarras y que poco a poco se las va comiendo desde dentro, convirtiendo el interior del insecto en un almacén de esporas que se esparcen e infectan a otros individuos cuando las cigarras se mueven. Y este hongo tiene un componente alucinógeno, la psilocibina.
Este hongo incluso hace que las cigarras, aun sin tener aparato reproductor porque el hongo se lo ha comido, tratan de aparearse como locas. Los machos incluso actúan como hembras, para atraer otros machos, lo que hace que las esporas contagien a un número mayor de individuos.
Pero eso no es todo. En la Universidad de Virginia han descubierto que el hongo dosifica psilocibina para drogar a las cigarras, pero también catinona, una anfetamina producida por la planta catha edulis. Esta planta se mastica en el Cuerno de África y en la Península Arábiga porque da mucha energía. Se sospecha que estos químicos son los responsables de que las cigarras se quieran puro aparear y vuelen sin rumbo de un lado al otro, infectando al resto de la población.
Según otra investigación, se sugiere que la psilocibina de los hongos mágicos evolucionó como una manera de eliminar el apetito de los insectos que competían con el hongo a la hora de comerse la madera en la que los hongos se desarrollaban. Si las cigarras están drogadas y encima sin apetito, es normal que no tengan otra cosa que hacer que volar de un lado al otro esparciendo las esporas.
La anfetamina es lo que parece que les está haciendo tener un poco más de energía. Pero lo raro de todo esto es que los científicos no se pueden explicar la presencia de psilocibina y catinona en el mismo hongo, ya que el descubrimiento presenta la primera evidencia de producción de anfetamina en un hongo. También representa una evolución independiente de la psilocibina ya que nunca antes se había encontrado esta sustancia fuera de los hongos mágicos.
Y sí, si nos comiéramos alrededor de una docena de estas cigarras infectadas es probable que nos sintiéramos bastante drogados, aunque no es nada recomendable hacerlo. Los científicos además creen que en cuanto la cigarra se infecta, es cuando el hongo libera más dosis de psilocibina, para distraerlas del hecho de que se las están comiendo vivas por dentro.