Entrevistas

Analí:»La marihuana es una fuente de creación e inspiración»

Diseñadora, cantante, actriz, son algunas de las cosas que se pueden decir sobre Analí Muñoz Dahm. Ella se toma su relación con la marihuana como algo normalizado y que nunca ha chocado con sus ganas de estudiar y aprender cada vez más. O como dice ella: aprender a desaprender.

Por Daniel Parra / Fotos: Jorge Rosales /Maquillaje: María Catalina Cristi

Matea, ordenada y metódica, así se define Analí. Cualidades con las que estudió 10 años seguidos en la Universidad de Chile. Comenzó en la carrera de Diseño Gráfico tras un fallido intento de entrar a Teatro. Dentro de los 5 años de Diseño exploró más su lado artístico, estudiando música y teoría.

Los primeros pasos en la música de Analí remontan a su adolescencia en el año 2000 con el hip hop. “3 de Pix”, su primera banda, que estaba compuesta por tres mujeres rapeando. Luego, le siguieron Reino Eterno y Mestizas, otras bandas compuestas por mujeres en el mundo del rap.}

Al tiempo, los grupos de Analí se disolvieron y el mundo, como cuenta ella, machista y violento dentro del rap, la hicieron alejarse de él. Pero el legado del rap en la vida de Analí no se fue por completo. Si bien, ya no iba a tocatas, siguió escuchando rap desde su casa, y el muralismo presente en esta cultura, lo sigue practicando hasta el día de hoy.

Los primeros pitos

El primer caño de Analí fue en la universidad, fuera del mundo del hip hop. Justamente cuando comenzó a incursionar en la música Latinoamericana con Trio Candela en el 2003. La banda duró cerca de cinco años, en los que pudo recorrer varios países de la región, como Argentina, Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia. Todos estos viajes le fueron provechosos para su carrera musical, “conocer la música latinoamericana, nuestras raíces. Fue bacán”, dice. En ese mismo periodo de Trio Candela, lograron hacer gira con una compañía de teatro a quienes musicalizaban sus presentaciones en vivo.

En todo ese periodo de crecimiento musical, seguía estudiando Diseño Gráfico, carrera que terminó, pero nunca fue de su total agrado. “Quería estudiar actuación, di la prueba especial pero no quedé, quedé en diseño, me fue bien, terminé, me titulé”, cuenta. Con una profesión, diversos cursos y experiencias a través de toda su vida, logró pasar la prueba para entrar a Teatro. Una combinación de todas las artes que se materializarían en distintas obras, comerciales y cortometrajes.

Pero eso no era todo y la música le permitió llegar a escenarios como el Lollapalooza, coreando a la banda Fother Muckers en el año 2011. También a ser parte del coro de Francisca Meza, y de distintos cantautores. Además de proyectos de amigos y conocidos que veían su talento.

En ningún momento abandonó la música, independiente del arte que estudiara, su carrera musical seguía abriéndose camino. Los esfuerzos de Analí, ser constante, matea y metódica, se materializaron el mismo año que se recibió de Teatro en la Chile. Fue un trabajo de dos años, “en el 2012 empecé a escribir canciones, agarré la guitarra y el 2014 saqué el primer disco”, llamado como ella, Analí.

Todos sus logros van de la mano de las distintas disciplinas que realiza, desde el canto, el diseño y la actuación. “Creo que es por mi creatividad que he podido desarrollar esos ámbitos”, nos cuenta. Dentro de todo esto, ve la marihuana como una apertura a nuevas cosas. “Para mí la marihuana es igual una fuente de creación e inspiración, genera nuevos caminos, haces conexiones diferentes”, las cuales le ayudan muchas veces a plasmarlas en sus obras, canciones y murales.

Esa creatividad fue fundamental para su desarrollo como actriz. Sin embargo, el comienzo del teatro no le fue tan fácil, el mundo físico que conlleva la actuación, entrenar y manejar el cuerpo, fue una nueva experiencia. “Yo antes nunca entrenaba, y encontrarme con el cuerpo fue algo súper importante”, aclara. Como siempre le gustó dibujar, era de sentarse a rayar, la interacción con su cuerpo fue un nuevo aprendizaje que la obliga a tomar distintos roles.

Así es como llegó al boxeo. La hija de la Furia se llama la obra que realizó hace un tiempo atrás, inspirada en David Ellis, boxeador que murió en 1991 a causa de una pelea, dejando a una hija sin padre. Analí representa a esta niña, una obra emotiva, que en palabras de la protagonista, es un “mini funa” a la federación de boxeo por lo acontecido en esos años. “Él no estaba en condiciones físicas, lo mandaron sin el entrenador”, subraya.

Convicción

Tras vivir dentro del mundo de las artes, con una vida rondando en la música desde sus inicios con el hip hop, influencias latinoamericanas, y un viaje que hizo dar vida a su primer disco. Y sin dejar la actuación de lado, a fines del 2017, con un viaje por Europa y Sudamérica difundiendo su música, culminó en su segundo disco llamado “Convicción”. Disco que terminó de escribir en el viejo continente, que fue otro aprendizaje para Analí.

La canción Sin Tierra de este último disco la escribió en Alemania con la crisis de refugiados. Esta experiencia la trae a la realidad que se vive hoy en Chile con la llegada de extranjeros y esta fusión de culturas, “creo que musical y culturalmente se va a enriquecer si o si”, comenta. Añade que, para la creación de este último disco ganó un Fondart, en el cual realizó un acto de difusión en un colegio de Quilicura. Justamente ese día premiaron a los niños que no faltaron ningún día al colegio. “De 15 niños de los que no faltaron ningún día, 10 eran haitianos. Estaban ahí todas con sus trencitas, sus looks”, comentó.

Del mismo tema no deja pasar la oportunidad para unir lo que sucede con los inmigrantes y las posibilidad de explicar que el desaprender es otra forma de aprender. Despojarse de lo que nos enseñaron, para no temerle a lo desconocido. “Yo creo que estamos desaprendiendo, las nuevas generaciones son diferentes”.

“Todavía siento que me falta por estudiar”, agregando que busca aprender más sobre teoría de la música, y así desarrollarse aún más como cantante, siguiendo esta carrera rodeada de las artes.