Adelaida Canadá Tour: Rock independiente y legal
A fines del 2018, durante el mes de noviembre, la banda nacional Adelaida parte rumbo a Canadá, país donde recientemente se legalizó el consumo recreativo del cannabis. Su misión, una gira con dos importantes fechas participando en el cartel del Indie week y el M pour Montreal. La joven agrupación conformada por Jurel sónico (guitarra y voz), Lele (batería) y Naty Lane (bajo), se consideran activos devotos de esta planta sagrada, vinculándola directamente con su quehacer creativo. Por lo que este tour se presentó como una oportunidad de conocer a fondo la realidad en torno a este nuevo paraíso del consumo legal de marihuana.
El 20 de abril del 2016 el gobierno canadiense informó que durante la primavera del 2017 se presentaría formalmente la propuesta de ley para legalizar y regular el consumo del cannabis recreativo. Tras dicho anuncio comenzaron a proliferar una serie de dispensarios particulares de cannabis.
La aparición de
estos locales generó una suerte de competencia directa a los
dispensarios legales y hasta el día de hoy, desde su legalización en
octubre del 2018, es frecuente que la policía cierre y multe a algunos
de estos espacios por infringir la norma que es de uso federal, pero que
cada provincia canadiense y estado puede agregar leyes adicionales.
Este era el contexto de la primera parada de la gira de Adelaida en territorio canadiense, cuenta Lele:
-Cuando llegamos a Toronto, el Jurel inmediatamente descargó una app llamada Weedmaps. Ahí cachamos que a 200 metros del hotel donde nos estábamos quedando había un dispensario de yerba. Jurel tuvo que registrarse, llenar un formulario tipo encuesta donde tuvo que responder cosas como: si la marihuana la usaba de forma recreacional o medicinal; cuántas veces fumaba a la semana; si era una buena alternativa como medicina y cómo le funcionaba, además de completar ciertos datos personales. Una vez terminado este cuestionario se abre una verdadera carta (menú) inmensa de distintos tipos de pitos. En este proceso de selección de cepas se ingresa a una pieza distinta, con una puerta metálica, todo muy intimidante y aparentemente serio, pero genuinamente «yonki»: Silver Haze, Mango Saphire, Purple Kush, Blueberry Cheese o Green Skunk y un largo etcétera de variedades. Al día siguiente, confiados por la primera adquisición de marihuana completamente legal, el trío de Valparaíso, quienes debutaron con el disco Monolito (2014), quiso ayudar a unos amigos chilenos a comprar nuevamente, sin embargo encontraron el lugar cerrado.
-Cuando pasamos había un cartel que decía Closed y había un policía adentro. Nos dio susto, pero no pasaba nada, nos reímos de nuestro miedo latinoamericano, ese miedo de sociedad paqueada, de la costumbre de andar escondido-
En ese momento la mejor banda de rock según los premios Pulsar 2018 recuerda que el consumo es legal en el país donde estaban de visita y que se puede fumar en cualquier lugar, salvo en los que establece la ley: parques, cerca de colegios o lugares donde hayan niños. Básicamente lo mismo que cualquier fumador de tabaco. Tampoco se puede fumar en autos: los viajes se hacen a pie, o volando, literalmente.
-Yo había leído bien las recomendaciones formales y los Q&A sobre la ley de drogas en Canadá antes de viajar. Me sentía seguro por eso. Un poco ñoño al principio, pero qué va: hay que informarse para no caer en problemas idiotas. Mal que mal, Canadá estaba haciendo lo que todos quisiéramos que pasara en nuestro país y para que eso funcione había que cumplir ciertas normas mínimas.
Tras su primera presentación en el festival Indie week, en Toronto, deciden abastecerse nuevamente. El local cercano a su hotel, que estaba cerrado la vez anterior, figuraba abierto y no paraba de entrar gente.
-Un portero sacado de una película iba seleccionando y avisando cuántos usuarios estaban afuera esperando. Conversé con el anfitrión principal, una suerte de cajero-jefe. El negocio está comandado por negros simpáticos que no dudan en excusarse por el nerviosismo, la policía está inquieta y ellos también. Las multas ascienden a los 15.000 dólares canadienses y ya les pasaron una -me dice-. Pasa que el gobierno quiere tener el control pero la demanda es muy alta y los clientes prefieren las tiendas que entregan un ambiente especial, como la suya, -comenta-. Se hace demasiado dinero y no nos importa que nos cierren si podemos volver a abrir y el dinero fluye rápidamente. Mientras, señala el mensaje de la puerta: There’s always someone knocking, dude!
Según la experiencia del baterista de Adelaida, la gente en Toronto en general convive bien con la diferencia. -Lo mismo se aplica a fumadores y no fumadores. Impera un estado mental/cultural de respeto por el espacio del otro. La ley de cannabis corre la misma suerte y así como se agradece su existencia, los usuarios respetan los espacios para fumar y la cosa funciona. Situación muy lejana a Chile, donde estos ejemplos y su respectiva masificación podrían llevarnos a un futuro esplendor, con un campo de flores bordado y todo, pero donde no existe la voluntad.
Por otra parte el problema de la legalización en Canadá reside en los dispensarios particulares, porque la intención del Estado aboga por mantener un control mediatizado por plataformas virtuales. Así garantizan un acceso regulado en el que los consumidores no acceden a comprar bajo el fulgor de las pequeñas tiendas y la cultura cannábica de pie. Por lo que se suele pensar que se ordena el negocio en un sentido, pero el negocio conduce al desorden de los sentidos, -agrega-.
Toda esta información la corroboraba su amigo Justin: un simpático artista visual y melómano que habían conocido en Barcelona un año atrás y que gracias a una historia de Instagram se enteró de que la agrupación estaría tocando en el bar de la vuelta de su casa.-Nos invitó a su casa, fumamos yerba, tomamos whisky y fuimos al show. Ahí tomé una foto al cartelito que puso el bar en la puerta: «Por favor, los pitos se fuman afuera».
La aventura continúa en la siguiente parada del tour, en la ciudad de Montreal, a unos 500 kilómetros desde Toronto, donde la banda tuvo la oportunidad de trabajar con el mítico productor Jack Endenio, quien cuenta que conseguir «mota» fue complicado por el extremo frío que les tocó sortear. Una temperatura de menos 11°C y nieve implacable, por lo que decidieron optar por los conocidos.
-Otro amigo que coincidentemente también habíamos hecho en Barcelona nos hizo todas las manos. Nos explicaba que las ciudades tenían sus propias regulaciones respecto al uso y consumo de cannabis. Adquirir era más o menos la misma cosa, pero él tenía sus propios dealers. No es tan curioso: las personas estaban felices con el hecho de eliminar la penalización del consumo, poder fumar donde quisieras sin miedo y poder comercializarla, pero a cambio de liberar a la población de las penas del infierno y la ley por fumar «porros», el estado se quería hacer parte del negocio y eso se estaba complicando: la gente ya tiene su esquema de compra armado, en general. Es más fácil llamar al delivery que ir a comprar a un espacio gubernamental.
Próximos a volver a Chile luego de su participación en el festival M pour Montreal, fueron aclamados por la crítica local que los denominó como la mejor banda extranjera del segundo día del festival, además de tener una energía sin miedo a desbordarse.
Ya en el aeropuerto, la Naty Lane divisó un curioso basurero que versaba: «Deja aquí tu marihuana». ¡Hasta de ese detalle se preocupan! Que no se te olvide que en otros lugares no es legal y que si te pillan en el aeropuerto de tu país con algo de marihuana en el bolsillo, todo lo bueno de Canadá se puede ir al carajo, en unos cuantos minutos.
En ese momento la agrupación confirmada para el Lolapalooza 2019 se dio cuenta de que comenzaban el retorno a casa.