En la década de los sesenta, en medio de guerras, cambios sociales y políticos alrededor del mundo, un equipo de científicos israelíes, liderados por Rafael Mechoulam, conseguían aislar el CBD y el THC de la planta del cannabis, marcando un antes y un después en la medicina moderna.
El THC es el componente psicoactivo del cannabis, que tiene efectos medicinales como también funciona intoxicando las células del cuerpo humano. Especialmente, el THC interactúa con receptores especiales de las células que se encuentran en la superficie de las mismas. Estos receptores reaccionan ante estas sustancias de la planta del cannabis, y hasta hace poco, los investigadores no tenían mucha idea de si otros cannabinoides existían en otras plantas.
Gracias a muchas investigaciones, se ha descubierto que sí, otras plantas y alimentos tienen cannabinoides que interactúan con nuestro sistema endocannabinoide, y que incluso podemos encontrar entre los armarios de nuestra cocina. Acá te mostramos algunas de esas sustancias:
Cacao
El chocolate tiene componentes que interactúan con una encima particular del cuerpo que impulsa la circulación natural de los endocanabinoides de nuestro sistema. Esta encima es la reponsable de la anandamida, nuestra versión natural del THC. El chocolate parece tener ciertos componentes que incrementan la producción de anandamida.
Por todos además es conocido el mito de que comer chocolate negro antes de fumar, aumenta la volada. Y aunque el cacao no tiene ni de lejos los mismos efectos psicoactivos que el THC, definitivamente tiene un efecto e impacto en el sistema endocannabinoide mucho mayor del que podemos considerar.
Pimienta negra
Parece que la pimienta negra tiene un terpeno muy común de la planta del cannabis, el cariofileno, un terpeno que también se encuentra en muchos aceites esenciales y que está en grandes cantidades en este condimento tan cotidiano.
Recientemente se ha descubierto que el cariofileno funcionan como un cannabinoide, teniendo mucha afinidad con el receptor 2, muy presente en el sistema inmune. Además, estos estudios sugieren que este terpeno podría tener propiedades medicinales a la hora de tratar enfermedades como la osteoporosis o la artritis.
Equinácea
Otra de las especies que contienen cannabinoides es la equinácea, una planta que se lleva utilizando desde hace siglos para tratar enfermedades como el resfrío común, el estrés, la fatiga y los dolores de cabeza, entre otras cosas.
Lo que tiene esta planta son cannabimiméticos, que son sustancias que tienen efectos farmacológicos similares a los del cannabis. Estos componentes reaccionan con nuestro receptor CB2, que es el responsable de regular el sistema inmune y la respuesta inflamatoria. La afinidad del THC con esta sustancia parece tener grandes propiedades antiinflamatorias.
Diente de león
Esta planta ha sido utilizada desde hace mucho por las comunidades indígenas de la Amazonía, y está siendo actualmente investigada para ver las posibilidades de su uso como analgésico natural.
De acuerdo con algunos estudios recientes, el diente de león se puede utilizar para combatir el cáncer, ya que destruye las células cancerígenas, pero salva las células sanas, del mismo modo que actúa el THC, aunque las propiedades de esta planta están más ligadas a efectos no psicoactivos.
Maca
Es una planta originaria de los Andes peruanos que los pobladores andinos han consumido desde siempre por sus propiedades tanto físicas como mentales. Entre algunos de sus beneficios está el aumento de la bilirrubina y la capacidad de aumentar las posibilidades reproductivas de algunos animales.
La maca tiene componentes que se enlazan directamente con el sistema endocannabinoide. Y estos componentes lo que hacen es incrementar la circulación de endocannabidoides en nuestro cuerpo, al inhibir y bloquear una encima encargada de reprimir los efectos de los cannabinoides. Esto puede causar una cascada de efectos, entre los que se encuentra la estabilización del estado de ánimo.